Cuando parecía que la época dulce ya había dejado las tierras de Sarandi, cuando todo se ponía gris y daba la sensación que volveríamos a mirar la tabla del descenso como un objeto no deseado, llega este gran triunfo que sirve principalmente para encarar lo que viene con un aire totalmente renovado.

Este triunfo devolvió la alegría para estos pagos, fue un poco de agua en la sequía. Realmente los hinchas no estábamos como para reclamarles mucho a nuestros jugadores o juzgarlos por un inminente bajo rendimiento. Bien sabido está, que para un grupo reducido encarar dos torneos se hace muy desgastante y, que seguramente esto iba a ser sufrido en el rendimiento futbolístico.

Pero que mejor que salir de una situación así ante un grande como Boca Juniors, sin dudas este 1-0 tiene sabor a hazaña, de esas que se recordaran en el tiempo. Que bueno fue para los presentes poder guardar en el recuerdo este momento, solo debe ser comparable a aquella gran final contra Estudiantes de Bs As en la cancha de River por la Primera D, logrando el ascenso de manera invicta. Los que tuvieron la suerte de vivir ese gran momento hoy lo cuentan con orgullo, como seguro lo contaremos los que festejamos esta inmensa alegría.

Arsenal le pasó el plumerillo al libro de equipo práctico-solidario, para volver a usarlo en este partido. Sin dudas era una buena oportunidad para hacer historia, ante un club de mucha historia, pero con un flojo presente y encima con suplentes. Entonces el equipo de Burruchaga ahorró los lujos y sin muchas vueltas fue en búsqueda de la victoria.

Logró ponerse arriba en el score luego de una jugada rápida iniciada en un lateral (verdaderamente hubo falta de Denis sobre Matellan), del resto se encargó Javier Morales que con su centro atrás dejó en una situación magnifica a Patricio González y todo el viaducto contento con el 1 a 0.

Así terminó el PT, Arsenal había sido más que Boca. Con el dominio de la pelota y con una aproximación que despilfarro Javier Morales junto a uno de los palos de Abbondanzieri, era claro que merecía irse al descanso con ese resultado.

En el complemento los de Burruchaga llevaron a cabo un plan perfecto y, como dice Bilardo: los de celeste y rojo deben pasársela a los de celeste y rojo y patear en el arco de enfrente, tan sencillo como parece, aunque hoy en día es difícil llevarlo a la practica.

El conjunto del “chino” Benítez fue el dominador de la pelota, pero no logró inquietar el arco de Alejandro Limia. En cambio Arsenal tuvo dos claritas, una de Calderón con un cabezazo y, otra con un remate del 7 que bien contuvo el Pato Abbondanzieri.

En el final explotó el estadio Julio Humberto Grondona, que lució un lleno espectacular como creo yo nunca antes había estado en el sector que le corresponde a la gente de Arsenal.

Grande Arse! Aunque más no puedo pedirte, la frutillita del postre sería ganarle al Rojo de Avellaneda.