Ni la instancia final, ni la altura, ni el estadio, ni la gente. Nada de esto logró achicar a este Arsenal. A pesar de que durante la primera media hora no estuvo bien parado en la cancha, y hubo un claro dominió del América, logró traerse un merecido triunfo.

El local, con una mutitud a su favor, salió a pasar por arriba a los de Alfaro. Rápidamente encontraron la ventaja, cuando apenas corrían 5 minutos Cabañas conectó un cabezazo a la red. De entrada la noche pintaba díficil para el Arse.

Los siguientes 25 minutos seguirían siendo dominados por los mexicanos. Con un juego veloz, cambiando constantemente el frente de juego, y moviendo la pelota con criterio, lograron borrar a Arsenal del campo.

San Martín pudo empatar desde afuera del área, pero tapó bien el arquero. Las águilas mexicanas pudieron ampliar la diferencia, una en los pies de Insúa y la otra con un cabezazo de López.

Sin embargo Arsenal iba a conseguir el empate. Con un centro al área de Yacuzzi, Matellán cruzó la pelota de cabeza y silenció a todos los aficionados presentes. A todos menos a un puñado de hinchas del Arse, que viajaron para presenciar este partido historico.

El gol del empate iba a paralizar también a los jugadores dirigidos por Brailovsky, que ya no volvieron a ser los mismos. Durante los quince minutos restantes fue Arsenal quien se adueño del balón, logrando adelantarse en el campo para evitar darle tanto espacio al América.

El segundo tiempo encontró a los dos equipos mas dispuestos a jugar, pero fue nuevamente el local quien se puso en ventaja. Fue con un terrible zapatazo de Argüello, que la clavó en el ángulo derecho de Cuenca. Otra vez hubo que salir a remontar el resultado.

Afortunadamente, apenas 2 minutos después Arsenal encontró el empate, en los pies de "Papu" Gómez, que comenzaba a empujar el equipo hacia adelante y se perfilaba como figura. A los 20, el Arse daría el golpe final. Otra vez "Papu", que anticipó al defensor en un despeje, y picó la pelota por sobre el cuerpo del arquero. 3 a 2, y ahora a manejar la pelota.

Lejos de refugiarse atrás, Arsenal siguió buscando controlar el partido, intentando liquidarlo con un gol mas. El árbitro del encuentro fue el paraguayo Grance, que tuvo una actuación flojísima, equivocandose para ambos lados y demostrando falta de carácter para controlar las acciones del partido.

Si había que valorar aún más este triunfo, se lo hizo definitivamente con la expulsión de Carlos Casteglione (a instancias de un golpe que solamente vio el juez de línea). A pesar de jugar con un hombre menos, Arsenal no terminó sufriendo demasiados sobresaltos, y por momentos se propuso ir en busca de otro gol.

Este fue un gran paso en la definición de la Copa, aunque todavía falta un último escalón. Hasta el momento la actuación del Arse es brillante, por eso el próximo miércoles toda su gente esperará el salto final en el Cilindro de Avellaneda. Ojalá este año, el de su cincuentenario, se cierre de la mejor manera.