Lamento dejar en segundo plano los buenos noventa minutos que jugó Arsenal ante uno de los animadores del torneo. A pesar de comenzar perdiendo supo reponerse y revertir el marcador, hasta teniendo oportunidades para poder abrochar la victoria durante el complemento.

Por desgracia las decisiones del árbitro en los minutos finales harían que el conjunto de Palermo se vuelva a Sarandí con las manos vacías.

Primero falló al adicionar cinco minutos que resultaron excesivos, en donde Lanús lograría el empate unos segundos después de cumplirlos. Luego, en una postura sin fundamentos, agregó más tiempo cuando ya se había jugado todo el reglamentario y también el adicionado.

En ese minuto restante no sólo anularían una jugada de gol a Arsenal en donde Carrera se encontraba habilitado, sino que después permitiría que Romero baje la pelota con ambas manos en el área de Arsenal y tras una serie de rebotes llegue el tercer gol granate.

Es difícil entender la manera en que se le escapó de las manos el partido a Merlos, dejando en evidencia su falta de criterio para poder dirigir en cualquiera de las categorías de Fútbol Profesional. A Arsenal los tres puntos no se los devuelve nadie, será importante rescatar los aspectos positivos del partido y sobreponerse a este duro golpe cuanto antes.