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Nos quedamos con las ganas | ||||||
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Por Leonardo Martin | ||||||
Parecía que en esta ocasión sí se tenía que dar el ansiado triunfo en el Monumental, estaban dadas las condiciones para que eso ocurriera. Enfrente estaba un River muy limitado, a años luz de la historia del equipo millonario. Sumado a ello, el Arse comenzó ganando y luego jugó con un hombre de más casi todo el segundo tiempo por la temprana expulsión de Matías Almeyda. Pero esto no sirvió para llevarse los tres puntos a Sarandí. Otra vez, los dirigidos por Burruchaga, no tuvieron la capacidad de poder romper el cerco defensivo que propuso el equipo local. Faltó el fútbol necesario para doblegar a un River muy pobre.
En líneas generales, el empate fue un resultado justo. Los dos mostraron problemas para generar peligro. River siendo local no pudo hacerse dueño del partido ni imponer su ritmo, pero al Arse le faltó profundidad para inquietar a Vega. Con el hombre de más creció, se adelantó en el campo de juego pero genero muy pocas situaciones de gol. Sin dudas, uno de los déficits en los que va a tener que trabajar a fondo Burruchaga de cara al resto del campeonato. En la primer etapa River buscó hacerse dueño del partido, con Almeyda como eje y el Muñeco Gallardo como generador de peligro. Arsenal, por su lado, salió a esperar, buscando lastimar con alguna contra. El impulso del local duró apenas unos minutos porque futbolísticamente no tenía los argumentos para dominar el partido, que con el correr de los minutos se fue emparejando y haciéndose bastante monótono. El Arse seguía en su postura de esperar unos metros más atrás depositando todas las esperanzas en una corrida de Jara o en algún desborde de Federico Poggi. Así arrimó algunas situaciones de peligro frente a una defensa rival que dejaba huecos.
La apertura del marcador se produjo en forma sorpresiva. Parecía que el primer tiempo se terminaba en un pobre 0-0, hasta que en una escalada ofensiva de Sergio Sena, remató desde media distancia venciendo a un Vega sorprendido. Era el 1-0. Arsenal se iba al descanso con una ventaja en un primer tiempo parejo.
En el complemento, en una combinación de mala suerte y del maleficio que sufre el Viaducto con el Muñeco Gallardo, el conjunto de Núñez llegó, rapidamente, a la igualdad. Apenas a los 6´ el volante, ejecutó un tiro libre con la fortuna de que se desviara en Diego Galván, desacomodando, de este modo, a Cristian Campestrini. Era la igualdad.
Parecía que River se iba a venir con el impulso del empate, pero no fue así. Apenas comenzaba a entusiasmarse, sufrió la justa expulsión de Matías Almeyda. Con el hombre de menos se refugió en su campo apostando a la movilidad y a la velocidad de los ingresados Funes Mori y el Keko Villalba. El resto defendía y en alguna ocasión podía despegar algún volante por sorpresa.
Arsenal se adelantó en el campo, tomó el dominio de la pelota, pero no encontró la fórmula del gol. A medida que se acercaba al campo rival se iba diluyendo por la falta profundidad. Al equipo le faltaba juego para desbordar por las bandas y también decisión para acorralar a un River que jugaba a no perder.
Con el pitazo final de Pompei, ambos equipos se fueron con una sensación amarga. Arsenal desaprovechó la oportunidad de llevarse el primer triunfo en el Monumental y River de sumar en condición de local ante un rival, al que la mayoría de su público, consideraba accesible.
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