Resulta difícil recordar el último partido en que Arsenal haya derrotado con tanta holgura al rival. Últimamente los triunfos no son tan frecuentes, y cuando llegan se suele sufrir más de la cuenta.

Esta noche Arsenal pudo resolver rápidamente el trámite del partido. Un partido que no había empezado tan simple. Colón apostaba mucho al ataque, y Burruchaga no quería cometer los errores de los partidos anteriores en donde el equipo por salir a buscar la victoria descuidó el arco y terminó siempre goleado.

La victoria comenzó a construirse con el gol de Obolo a los 31 minutos, y estuvo cerca de terminar de cerrarse antes de que terminara la primera mitad. Pero ahora sí, en los primeros minutos del complemento, nuevamente Obolo se encontró con el gol y Arsenal clausuró el partido.

Supo cerrarse y no sufrir dentro de su área, intentó liquidarlo con alguna contra pero recién en tiempo adicionado pudo engranarla correctamente y así redondeó el partido que hacía rato ya había liquidado.

Muy buenas actuaciones de la mayoría de los jugadores, y sobre todo la tranquilidad necesaria para definir el partido en cuanto se presentó la oportunidad. Arsenal logró encastrar sus piezas y por fin logró quebrar una racha de tres derrotas consecutivas en el Viaducto, y sin marcar un sólo gol a favor. Arsenal comienza a ser Arsenal, justo a tiempo para enfrentar dos duros partidos fuera de casa.