Arsenal perdió otro partido, y nuevamente sin poder marcar goles. Ya es la tercera derrota al hilo, y seguramente esta duele mucho más que las anteriores.

Ante uno de los peores Boca de la historia, Arsenal se fue goleado. Faltó concentración para salir a disputar el partido, tranquilidad para jugarlo después de estar en desventaja e inteligencia para sacar provecho de la defensa más floja de todo el Clausura.

Es cierto que en el partido casi no había pasado nada y Boca ya ganaba dos a cero, pero también lo es que Arsenal dispuso de 80 minutos y no pudo encontrarle la vuelta al encuentro para poder quebrar a un equipo que sólo había ganado dos partidos en todo el torneo.

Ninguna de las líneas de Arsenal se salvó del desconcierto: la delantera no pudo generar una sola situación de riesgo, el mediocampo corrió siempre a los volantes de Boca desde atrás, y la defensa dejó muchos espacios y pudo haber sufrido una goleada mayor.

En el segundo tiempo Boca apenas aceleró y selló el 4-0. Difícil explicar cómo se llegó a esta situación. Hace poco más de una semana Arsenal venía con cinco partidos sin derrotas y le tocó perder dos partidos pero sin merecerlo.

Hoy sí la derrota fue justa, y también dolorosa. La imagen que dejó Arsenal fue muy pobre y esperemos no se repita. El descenso comienza a preocupar nuevamente, esperemos que lo de hoy por la tarde se supere rápidamente y el Viaducto se levante de una vez por todas.