Luego de la goleada en Rosario, era necesario hacer un buen partido de local. Pero el equipo no cambió la actitud en la tarde de Sarandí: sin ideas, con muchas dudas, y dejando crecer al rival.

De esta manera, Banfield se sentía más local que nunca. Víctor López llegaría al gol, algo que no pudo en cuatro años con la camiseta de Arsenal, y encima por duplicado.

El Taladro tuvo chances como para ir al descanso con algún gol más de diferencia, mientras Arsenal seguía con la misma falta de respuestas que mostró frente a Central.

Pero por suerte el segundo tiempo alcanzaría para lograr el triunfo. El ingreso de Leguizamón aportó peso ofensivo, y Arsenal comenzó a jugar más cerca del arco de Lucchetti. Así, Sava descontaría cuando corrían 16 minutos del complemento.

Garnero mandó al equipo en busca del empate. Ingresaron Carrera y Coria, y Banfield cada vez defendía más cerca de su arco. Una jugada de Gómez por izquierda, serviría para marcar el empate.

Algo impensado en el final del primer tiempo, nadie esperaba semejante cambio de roles. Ahora Arsenal no se conformaba con el empate, y por eso siguió yendo hasta en los minutos adicionales.

Finalmente llegaría el desahogo. Tras un centro de Carrera, Matellán cabecearía ante una salida en falso de Lucchetti, y ahora si la remontada tenía sabor a hazaña.

Arsenal jugó muy mal en el primer tiempo y en el segundo pudo revertir la situación. Se rescata la actitud con la que el equipo salió en busca de algún punto, sabiendo que debía remontar dos goles de diferencia.

Ojalá Garnero pueda comenzar a adoptar una actitud parecida a esta pero desde el minuto cero y no regalando un tiempo, ya que hazañas como estas no se dan todos los días.