Necesitábamos levantar el ánimo después de aquella derrota en el estadio de Racing. Un partido esperado durante meses pero que no se dio como todos lo habiamos soñado.

Ahora debíamos pensar en una hazaña para dar vuelta la historia, y estuvimos muy cerca.

Arsenal la peleó siempre desde abajo. Apenas empezó el partido se mostró muy enchufado, pero el que encontró el gol fue Boca a través de Rodrigo Palacio.

Para colmo, después del gol Arsenal no pudo recuperarse. Ese arranque prometedor quedó en la nada, y luego del gol nunca volvió a tener el control del partido.

Pero en el segundo tiempo tendría otra actitud. La actitud que todos los hinchas del Arse fuimos a ver. El ingreso del guatemalteco Contreras ayudó para que los ataques sean mas profundos, y supo asociarse muy bien con "Papu" Gómez y con Carrera.

En una mala salida de Caranta, Yacuzzi aprovechó para mandar el centro y Carrera definió para empatar el encuentro. El Arse ganaba un poco de aire para ir en busca de los tres goles que necesitaba. Pero nuevamente iba a tener que remarla: Báez se vio obligado a derribar a Riquelme que se iba directo al gol, y dejó al equipo con diez jugadores.

De todas formas, Arsenal no se daría por vencido. A los 24 minutos, con un centro de Carrera que llegó a desviar Matos en el primer palo, demostró que todavía estaba vivo.

Quedaban 20 minutos para marcar otro gol y así llevar la definición a los penales, pero otra vez se complicarían las cosas. Díaz, que minutos antes había sido amonestado por protestar, veía la segunda tarjeta por una falta frente a Dátolo.

Ahora si se derrumbaban las ilusiones que había despertado la remontada del Viaducto. En los diez minutos finales Boca recuperó la pelota, y al Arse le resultó complicado poder llegar hasta al arco rival tras las dos expulsiones.

En la última jugada del partido, cuando ya se jugaba el tercer minuto adicional, Riquelme ejecutó un tiro libre que dio en el palo y luego rebotó en el cuerpo de Campestrini para poner el empate final.

Se escapó una buena oportunidad para sumar un nuevo logro internacional, pero se dejó una buena imagen. Arsenal estuvo a la altura del múltiple campeón, en su propio estadio, con su gente apoyando, y eso no es poca cosa.

Este sueño se terminó, pero seguiremos luchando en el torneo local y en la Sudamericana.

Arsenal se vio superado por Boca durante gran parte del partido. Si bien intentó jugar, no tuvo la precisión necesaria como para jugar con la impaciencia de Boca.

El equipo de Ischia demostró saber jugar este tipo de partidos, y sin esforzarse demasiado consiguió un resultado que le permite definir con gran tranquilidad en su propio estadio.

Ni siquiera la suerte estuvo de nuestro lado, a los 19 Cuenca pudo detenerle un penal a Palermo, que terminó convirtiendo en el rebote. Para alegría de la gente del Arse Sava pondría rápidamente el empate tras un centro de Yacuzzi, pero Boca volvería a ponerse al frente.

Antes del final de la primera parte, Mario Cuenca tuvo que salir por lesión y debutó el recién incorporado Campestrini.

En Arsenal hubo muchas ganas de jugar, pero demasiadas imprecisiones. Ante un rival tan atento, se necesitaban pases bien certeros, pero no se pudo manejar con precisión la pelota y boca la recuperaba rápidamente.

En la segunda mitad no hubo demasiado peligro cerca de los arcos. Boca se llevaba una victoria merecida, pero antes del final alcanzaría a aumentar la diferencia.

Sobre el cierre, tras un corner, la fortuna volvió a favorecer a Boca, la pelota le cayó a Sebastián Battaglia y decretó el 1-3 final. Un resultado muy difícil de levantar, dentro de 15 días cuando se juegue la revancha en la bombonera.

Duele esta derrota, sobre todo porque era un partido que el hincha de Arsenal esperaba desde hace mucho tiempo. La final no está definida, pero Arsenal deberá ganar por 3 goles de diferencia si se quiere asegurar su tercer título internacional.

Mientras tanto, deberá preocuparse por disputar el torneo local y comenzar con el pie derecho la Sudamericana 2008. Luego de esto, estaremos todos esperando que un sueño casi imposible pueda hacerse realidad.