El arse llegó al estadio granate con dos objetivos: el primero consistía en volver a sumar, y el segundo, vinculado directamente con el primero, era mantener la ventaja de dos puntos que tenía sobre el local, en la tabla de la temporada que define la clasificación a las copas.

Y al término de los 90 minutos, el viaducto cumplió con su cometido.

Obviamente que más allá de eso hubo un partido, pésimamente jugado por los dos y que terminó en un casi obvio cero a cero.

Ni el local ni el visitante se sacaron ventajas en el marcador, y en el juego y las situaciones de peligro, apenas una mínima ventaja de Lanús por mérito de la tozudez de Fabianni en buscar todas las pelotas que le llegaban (esporádicamente) cerca del área de Cuenca.

Arsenal se mostró cauto desde el primer minuto y poco hizo por buscar el arco de Bossio.

El granate pareció salir más decidido a tomar el protagonismo pero a los pocos minutos también empezó a conformarse con no perder en propia casa.

Así, el trámite del cotejo se hizo insostenible y la primera etapa expiró sin pena ni gloria.

En el segundo período, Arsenal manejó un poco más el balón a expensas de una tenue levantada de Raymonda, quien junto a Ortiz empujaba al equipo hacia adelante.

Con San Martín casi metido entre Casteglione y Loeschbor y muy atento a la marca de Fabianni, el Arse lentamente volvió a regalar terreno y sobre el final el local intentó apretar pero apenas tuvo una chance a favor que Cuenca le tapó a Fabianmi.

El partido se diluyó en la chatura absoluta y lo único positivo lo rescató Arsenal: un punto fuera de casa, la valla cerrada y la diferencia mantenida ante su rival de turno.

Ahora se viene Quilmes en el clásico, buena oportunidad para volver a ganar luego de cinco fechas de sequía…