Es innegable que Arsenal no fue el mismo equipo que habíamos visto en partidos anteriores, especialmente en esta cancha. No nos había gustado el rendimiento del equipo de Alfaro frente a Vélez, sobre todo en el segundo tiempo, y hoy volvió a sufrir la falta de fútbol para tratar de, al menos, no perder en su estadio, frente a River Plate.

Sin hacer demasiado, la visita tomó ventaja en el primer tiempo, con algunas apariciones de Belluschi, Ortega, y Gonzalo Higuain, acompañados por el buen trabajo defensivo. Por eso fueron al descanso ganando uno a cero.

Parecía que el segundo tiempo iba a ser la etapa de Arsenal, porque Alfaro apostó mucho realizando un par de cambios interesantes. El ingreso de Yacuzzi por la banda izquierda para poder marcar pero también para poder subir y crear complicaciones en la defensa millonaria, y también el retraso de Casteglione a la defensa, reemplazando a Carlos Ruiz, y ubicando a Andrés Pérez junto a Ortiz en la línea media. Con las modificaciones parecía que Arsenal podía ganar la pelota en mitad de cancha para llegar con algo más de peligro al arco visitante.

A los tres minutos del segundo tiempo el partido parecía comenzar a favorecer a Arsenal con la expulsión de Lima en el equipo visitante (quizás uno de los pocos aciertos de Horacio Elizondo). Ese envión para que Arsenal pudiera empatar duró tan sólo otros tres minutos, ya que el árbitro dio penal tras una falta inexistente de Víctor López sobre Gonzalo Higuain. Ariel Ortega convirtió el 2 a 0, y a partir de ahí Arsenal se cayó totalmente en lo anímico.

Pese a tener algunas situaciones a favor Arsenal nunca tuvo claridad, y aunque pudo merecer el descuento sobre el final de partido, terminó cayendo por 2 a 0.

El arbitraje deja una amarga sensación, ya que probablemente influyó sobre lo que fue el resultado final. Para colmo, en el primer tiempo Tavio cayó en una falta similar a la que pudo haber visto luego Elizondo sobre Higuain, pero en esa oportunidad pareció no verla ni él, ni su asistente. No pasó lo mismo cuando sucedió a favor de River, cobrando un penal que decidió el final del partido.

El 2 a 0 quizás fue amplio, aunque por lo hecho en el primer tiempo River pudo ser el justo ganador. Si bien Arsenal logró tener más la pelota en la segunda etapa, y así equilibrar el partido, también falló mucho en las individualidades que le habían dado la ventaja en los partidos anteriores. No apareció Santiago Raymonda; Garnier jugó solo un tiempo y lo hizo mal; Tavio tampoco estuvo fino en la marca; Papu Gómez fue el conductor del equipo, alternando buenas y malas, pero al menos fue el que llevó al equipo hacia el frente; Obolo muy aislado; y muy poco aportó el ingreso de Valdemarín.

Habrá que volver a trabajar en algunos conceptos para el partido frente a Newell´s. Se notaron demasiado las 4 ausencias con respecto al partido anterior, la defensa fue armada prácticamente en esta semana. Demasiados cambios para enfrentar a un equipo visitante que ganó, fundamentalmente, por el desempeño de sus individualidades.

La distancia entre un equipo grande con presupuesto millonario y el humilde Arsenal fue muy corta, pero creo que el equipo de Passarella no necesitaba la gran mano que le dio el arbitro Elizondo para poder ganar el partido.