Después de muchas controversias, el partido con el Lobo se jugó en el estadio Único. Un estadio que merece ser aprovechado, por su comodidad, capacidad y belleza. Con decir que en la tarde-noche del miércoles fue lo mejor que hubo en La Plata, demasiado entorno para tan poco espectáculo.

El primer tiempo fue muy frio. Arsenal tuvo la más clara, en los pies de Silvio González tras habilitación de Raymonda, pero salvó Goux sobre la línea. Gimnasia igualmente tuvo más la pelota, pero sólo supo enviar centros que Caballero y la defensa celeste y roja se encargaron de despejar.

El primero en querer irse de este bodrio fue el árbitro Giménez, que salió reemplazado por el primer línea, que mostró por qué sólo se encarga de correr sobre la línea lateral.

En la segunda parte fue aún mayor la tenencia del balón por parte de Gimnasia, y el Arse con el correr de los minutos se abrazaba al empate. El pulpo pudo haber abierto el marcador al quedar sólo con Navarro Montoya, pero tardó en definir y la terminó tirando casi a la tribuna.

Ya era todo de Gimnasia, Arsenal esperaba en su campo, y extrañaba la recuperación de Patricio González (afuera por 5 amarillas). El lobo siguió jugando por la vía aerea y fue lo que mejor resultado le dió. Primero Caballero sacó un cabezazo de Cervera, luego el palo se lo tapó a Ferreyra, y Gimnasia terminó tirando algunos remates afuera. De pelota parada casi lo gana Arsenal, en el último minuto un centra a la cabeza de Brau podría haber definido el partido, pero le falto fuerza.

Llegó el final, por suerte. Arsenal quizas tuvo algunas muy claras, pero con sólo eso no basta. El equipo jugó muy retrasado, y fue lógico que en los últimos minutos se aferrarán a su arco para conservar el punto que no venia nada mal. Gimnasia por lo hecho en la segunda mitad mereció mas, pero ya sabemos que el futbol no se gana con merecimientos.