De a poco el Arse está volviendo a ser el equipo complicado, ordenado y efectivo que supimos ver y disfrutar campeonatos atrás. La levantada sostenida que viene realizando post-derrota con Quilmes, da motivos para alimentar la ilusión de pelear bien arriba.

En Rosario, y tras ir en rápida desventaja por un gran acierto del delantero rojinegro Silva y en parte por una desatención del Rifle Dreer (parado demasiado lejos de la línea de gol), el conjunto del viaducto supo recomponerse desde lo moral y dominó las alternativas del juego pese a carecer de profundidad en los metros cercanos al arco rival.

Dentro de un primer tiempo discreto, con pocas llegadas de gol y escasas situaciones de real peligro, Arsenal hizo méritos suficientes para al menos no irse en desventaja.

Por lo visto en los primeros cuarenta y cinco minutos, y ya en el entretiempo, Bianco tomó una decisión fundamental. Dejó en vestuarios a Morales y Almada, quizás los dos valores más flojos del equipo en la etapa inicial, y se animó a buscar con decisión el empate con Raymonda y Yacuzzi en la cancha. A partir de allí la visita logró dominar ampliamente a Newell´s y de la mano de un incontenible Hirsig, muy bien acompañado por Raymonda y un inagotable Piriz Alves, el Arse dio cátedra a la hora de tocar y jugar primero, y de contragolpear y liquidar el pleito sobre el final.

Tiro de libre de Yacuzzi para empatar, patriada histórica de Hirsig para desnivelar (corrió 50 metros con la pelota y definió ante la salida del golero Gutiérrez) y contra perfecta coronada por Raymonda para cerrar el marcador fueron postales destacadas en el primer triunfo en la historia de Arsenal en territorio leproso.