Sensaciones ambiguas dejó el partido entre Gimnasia y Esgrima de Jujuy y Arsenal de Sarandí. Viéndolo de nuestro lado, con el corazón celeste y rojo, no es para desmerecer un punto en la “Tacita de Plata”, pero analizando detenidamente lo que fue el desarrollo del encuentro uno se queda con el sabor de que el punto fue poco y que el Arse sin dudas merecía un indiscutido triunfo.

Preocupación y alivio sintieron los jujeños. Su equipo no para de empatar (cuatro igualdades seguidas) pero esta vez se fueron del estadio sabiendo que debieron perder. Sumaron un punto, poco quizás en condición de local, pero demasiado si se tiene en cuenta como los dominó Arsenal.

El primer tiempo mostró al elenco visitante más dispuesto a jugar en campo contrario y más acertado a la hora de manejar el balón.

Esmerado tras un centro de Yacuzzi en jugada de tiro libre y Oyola en maniobra individual tras rebote en el propio Esmerado que descolocó a Dreer, conviertieron los goles en esa etapa donde más allá de cierta paridad en merecimientos, los de Sarandí estuvieron un escalón por encima de los de Jujuy.

En la segunda etapa se acentuaron las diferencias y fue todo del Arse.

Creció el trabajo de Mannara por derecha, levantaron mucho su nivel Esmerado y Hirsig, se animó a subir Yacuzzi por izquierda y la movilidad de Caruso (entro por Garat que primero había suplantado al Pato González) desorientaron al equipo de Mario Gómez. En defensa Brau y López conjuraron los escasos intentos locales y Dreer casi no participó del juego.

Con dominio absoluto de la pelota y parado en campo de Gimnasia , Arsenal tuvo cuatro chances muy propicias para ponerse en ventaja pero dos veces Campi (a Caruso y a Raymonda), una vez el palo (a Llama) y luego un cabezazo apenas desviado (de Hirsig) lo privaron de un justo triunfo y de tres puntos en Jujuy.

Siete partidos invictos y un segundo tiempo para intentar imitar mostraron el lado positivo de la excursión de Arsenal al norte argentino.