Haciendo un repaso de las actuaciones de Arsenal en el Julio Humberto Grondona en este torneo, nos encontramos con números bastante preocupantes. De los cinco partidos que jugó en esta condición sólo pudo ganar uno, empatar dos y perder los otros dos. Sin embargo, si analizamos el desarrollo de cada uno, nos damos cuenta que Arsenal pudo haberlos ganado todos, ya que no fue superado por ninguno de los rivales.

En este último partido fue Vélez, que llegaba pisándole los talones al puntero Boca Júnior. Pero el último campeón tuvo que superar la salida de sus dos delanteros durante el transcurso del primer tiempo, algo que sin duda hizo mas fácil la tarea de Arsenal durante el resto del cotejo.

Viendo que Vélez perdía peso en ofensiva, el viaducto debió haber arriesgado un poco más sumando gente al ataque. Sin embargo no fue así. Las chances fueron parejas para los dos lados. Para el local fue destacable lo bien que se las arreglaron los delanteros para bajar los pelotazos que le llegaban desde la defensa, pero ellos dos eran muy poco para sobrepasar a los cuatro del fondo de Vélez.

La falta de acople entre Llama y Mannara con Tabares y Piriz Alves facilitó la tarea de Sessa, ya que fueron muy pocas las veces que se encontraron en el partido.

Bianco notó que el equipo necesitaba de alguien que hiciera llegar mas limpia la pelota a los delanteros e hizo entrar a Raymonda, para ese entonces los dos de arriba habían agotado casi todas las fuerzas y no lograban lastimar siquiera, aun así era Arsenal quien manejaba el partido.

Los minutos pasaban y Arsenal no lograba llevar peligro al arco de enfrente, desaprovechando también las pelotas paradas, ya que tampoco se llevaba bien con el juego aéreo.

Cuando ya todos nos lamentábamos por no haber sido mas audaces en la búsqueda de la victoria, llego un zapatazo de Gracián que se le clavó en el ángulo al rifle Dreer; transcurrían 46 minutos del segundo tiempo, demasiado tarde para reaccionar... Por su falta de ambición Arsenal terminó perdiendo no dos sino los tres puntos en juego, además se interrumpió una racha de seis partidos sin conocer la derrota.

Así es el fútbol, más allá de todo análisis, se gane o se pierda, apasiona y cada semana da la posibilidad de un desquite. Vamos entonces por "el pincha", nuestro próximo rival.