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AnimARSE a más | |||
En un partido increíble Arsenal le gano a Banfield con Fútbol, pero también con mucho corazón. Un 4 a 3 que quedará para la historia. Ahora viene River. |
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Por Nacho Cejas | |||
Qué sensación de vació nos había dejado el partido del domingo, cuanta deuda con el Fútbol, con los hinchas. Lo que “guardaban” tanto lo sacaron a relucir en este encuentro, goles, jugadas de riesgo, pelota por el piso y emociones varias, ahora sí se pudo disfrutar. Ni que hablar los hinchas de Arsenal que parecían multiplicarse por miles ante la pasividad de del Taladro, que no podía creer lo que estaban viendo. ¿Qué dirán ahora los que tildaban a Arsenal de anti-fútbol, esos mismos que fueron que se dedicaron a tirar pelotazos todo el partido? Por favor Falcioni, no quiera engañar a la gente, ni a usted mismo, la soberbia no es más que la peor cara de la mediocridad. Si Arsenal ganó fue por sus propios meritos y porque supo aprovechar errores del rival, nada tuvo que ver el árbitro en el partido, aunque claro, lo más fácil es poner excusas. De movida Arsenal trató de sorprender a Banfield, sabia que el partido le iba a ser más sencillo si se ponía adelante en el score y, promediando los quince minutos Germán Denis habilitó a Calderón que con la pelota picando le dio un bombazo terrible para poner al Arse adelante. Con el resultado a favor, los del Viaducto comenzaron a manejar la pelota y a jugar con la desesperación de Banfield que hasta ese momento no daba un sólo pase bien. La movilidad de Quinteros y los anticipos de Denis, le alcanzaban a Arsenal para demostrar que era mucho más y, para que no queden dudas de eso Caldera se la bajó de cabeza a un Carlos Casteglione, que definió como los grandes, pecho y a cobrar. El resultado era justo, pero como de merecimientos simplemente no se construye una victoria, Banfield pondría las cosas iguales sin merecerlo. Un par de minutos mas tarde llegó el gol en contra de Casteglione y poco tiempo después, una buena definición de Palacio para poner todo como al principio. Otra vez a remarla, pero este Arsenal no bajó los brazos y siguió intentando, no quería tirar por la borda todo lo bueno que había hecho en el primer tiempo, y sobre el final, Calderón tiró un centro que dio en la mano de Sanguinetti, penal. El propio José Luis Calderón ejecutó a Barbosa y puso el tres a dos con el que terminaría esta etapa. En el segundo tiempo se sabía que Banfield iba a salir con todo a llevarse a Arsenal por delante, con centros para los lungos, nada más que eso. Para colmo el Arse a los pocos minutos de comenzado el complemento puso el cuatro a dos, con un cabezazo bárbaro de Casteglione, que a esta altura se convertía en héroe y villano de la noche. Ahora sí, todo lo que quedara por delante iba ser sufrir y sufrir, poner, sacar y meter. Ya habían pasado los lujos, los golazos, era el tiempo matarse para cuidar la ventaja. Aunque muchos jugadores de Arsenal empezaron a sentir el cansancio, siguieron corriendo como verdaderos leones. El gol de Bujan acercó a Banfield al empate que nunca llegó. Hubiese sido mucho premio para un equipo que se limitó a tirar centros. ¿ Y después de que anti-fútbol hablan? Ya no quedo más tiempo, Arsenal festejó la victoria que fue a buscar, de cara a sus hinchas, los jugadores se fueron con la satisfacción de haber logrado el triunfo y con la tranquilidad de que los medios para conseguirlo fueron legítimos. Que venga River, es tiempo de animarse a más. |
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