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Baldazo de vino frío |
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Arsenal ganaba el partido y se trepaba a la punta. Parecía que tenía todo controlado, pero el Tomba en apenas dos minutos metió dos zapatazos para dar vuelta la historia. El equipo de Alfaro tuvo mas de media hora pero nunca reaccionó de tan duros golpes. Sobre la hora Carranza selló el resultado desde el punto del penal. |
Por Nicolás Falanga | ||||||
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Era una oportunidad única para meterse de lleno en la pelea. Estudiantes y Vélez se enfrentaban luego del encuentro de Arsenal, por lo que una victoria lo dejaba puntero y les tiraba la presión a ellos. Todo parecía encaminarse, cuando en el primer tiempo Leguizamón convirtió el uno a cero desde un tiro penal. Arsenal no había sido más que el equipo mendocino, pero aprovechó la oportunidad y se fue al descanso en ventaja. La primera etapa fue luchada, sin demasiadas situaciones de gol y los equipos se repartieron la tenencia del balón. En el complemento no parecía cambiar el libreto y parecían continuar con las mismas intenciones, pero una jugada iba a cambiar el rumbo del partido. Como hace una semana en La Plata, una mala salida de Ortíz iba a permitir que el visitante recuperara la pelota para que Rojas rematara desde lejos para clavarla en el ángulo. Un golpe duro, Arsenal sabia que enfrentaba a un rival aguerrido y no podía dar ventajas. No terminó de despabilarse, que llegó un nuevo sacudón: un nuevo remate desde afuera, esta vez de Salinas que dio en el palo y termino rebotando en Campestrini para entrar finalmente en su propía valla. Terrible. Un baldazo del que Arsenal no podría recuperarse en todo lo que quedaba de partido. Cuando se sentía más en la pelea que nunca, el equipo de Asad lo bajó a tierra en apenas dos jugadas. Es verdad, dos jugadas aisladas que no encajan en el partido, pero valieron para que Arsenal se quedará con las manos vacías. Cuando se cumplía el tiempo reglamentario y Arsenal quemaba las últimas chances de al menos rescatar un empate, Campestrini cometió penal que Carranza se encargó de canjear por el tercer gol. Arsenal recibió un baldazo helado, ante el que no supo cómo reaccionar. Los cambios no aportaron mucho y la historia no pudo torcerse. Se perdió una gran chance pero todavía se puede seguir soñando. Aún quedan siete fechas y hay que seguir pensando en sumar.
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