La primera parte fue favorable a Arsenal. Tanto por el gol de ventaja que sacó desde los pies de Obolo como por el juego. Superó bien a Gimnasia que no supo encontrarse con el balón. El Arse por el sector derecho hizo la diferencia, desde allí llegó el centro del gol y podría haber hecho más daño.

La segunda mitad tuvo otra versión de ambos equipos. Gimnasia mucho más decidido y preciso con el balón, y Arsenal queriendo recuperar la pelota que por varios ratos vio pasar. Sin embargo, después de los quince minutos Arsenal iba a encontrarse con dos situaciones inmejorables para ampliar el marcador.

Primero fue el turno de Obolo que estrelló un cabezazo contra el palo y en la siguiente Ortíz hizo esforzar a Monetti para impedir el segundo del celeste y rojo. Parecía que el visitante estaba para el cachetazo, pero en una salida rápida encontró al fondo de Arsenal desordenado y el mellizo Barros Schelotto empujó el balón para establecer el empate.

Los minutos siguientes fueron duros para el conjunto de Sarandí. No podía recuperarse del gol y Gimnasia lo desbordaba constantemente. Fue el mejor rato del equipo platense y lo más flojo de Arsenal, que tras unos minutos se acomodó nuevamente en el campo de juego para convertir el partido en puros idas y vueltas.

Las más claras las tuvo Arsenal pero como contra Banfield no supo aprovecharlas. Un nuevo partido sin poder festejar y también sin ligar. Es cierto que el equipo no logra regularidad en su funcionamiento, pero de haber estado más precisos en el golpe final el presente podría ser mucho más favorable.