Partido para olvidar para el Arse. O para no olvidar si quiere, pero que sirva para que no se repita jamás. Desinteligencias defensivas, anemia en ataque y por sobre todo mucho desorden, falta de control y desorientación se vio en el equipo de Sarandí.

Enfrente estaba Quilmes, el rival al que más se le quiere ganar. Y la apuesta salió mal. El inicio del partido mostró acciones parejas y Arsenal parecía llevar la mejor parte. Pero bastó que a los ’18 Casteglione le cometiera un penal infantil a Alayes para que todo lo planeado se desmoronara. Gol de López y adiós a la ilusión.

De ahí en más Quilmes borró al Arse de la cancha y el Arse también ayudó para borrarse. Con la expulsión de Casteglione y la falta de juego del medio hacia adelante el partido se leía fácil.

En el segundo tiempo nada cambió, ni el esfuerzo del ingresado Morales pudo con la escasez de ideas.

Para colmo Elizondo colaboraba para medir de manera diferente cada infracción. Si el que pegaba era visitante, amarilla, si era cervecero "siga, siga"...

Pero nobleza obliga decir que el penal y la expulsión de "Casti" fueron decisiones correctas, pero otras dejaron mucho que desear.

Y el partido se desdibujó más aún cuando echaron al moncho Ruiz, el Arse no pudo siquiera llegar a inquietar a Pontiroli y Quilmes se limitó a tocar la pelota sin lastimar.

Partido atípico entre dos rivales similares, el duelo lo ganó en todo momento el equipo de Alfaro, quien tuvo a Alayes, a Desábato (autor de un bonito segundo gol), al colombiano Pérez y a Braña como sus mejores exponentes.

El arse sufrió la caída, tanto como aquél 0 – 5 en el monumental, que si de algo sirvió fue para hacer de bisagra para los éxitos que se sucedieron... Ojalá la historia se repita, el arse lo necesita...