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Viento en contra | ||||||
Una jugada desafortunada le dio la victoria a Talleres por la mínima diferencia. El empate estuvo cerca, pero faltó puntería. |
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Por Nacho Cejas | ||||||
El partido presentaba buenos antecedentes, los cordobeses venían de ganarle a Huracán y el Arse a Estudiantes. Dos equipos en levantada aparentaban a priori un gran encuentro, no fue así. Preocupados por no perder, se olvidaron de jugar y el que se perjudicó fue Arsenal. Ambos tuvieron que luchar contra un gran valor agregado: el viento, que soplaba con gran intensidad hacia la cabecera visitante. El que atacó hacia ese arco en el primer tiempo fue la “T”, que obviamente comenzó a manejar la pelota, La Paglia y González eran los que más complicaban a los de Burruchaga que no se acostumbraban a las condiciones climáticas. Fueron diez minutos en los que Arsenal trató de acomodarse. Cada pase de los volantes a los delanteros, parecían estar detenidos por una pared y así se hacía difícil llevar peligro al arco de Islas. Recién a los quince minutos Arsenal empezó atacar pero sin mayor peligro. Por el lado de Talleres todo era mucho más fácil, con un simple pelotazo de la mitad de cancha se instalaban en el área de Limia. El que entró como pancho por su casa fue el gordo Real, que con un remate bajo hizo estirar al arquero. A los veinticuatro llegó el gol. Una pelota que no termina de rechazar la defensa, La Paglia la toma nuevamente, tira el centro y la pelota rebota en Molina y se cuela al fondo del arco. Pudo haber aumentado Talleres si no fuera por la gran actuación de Limia. En el segundo tiempo el viento era a favor, esto hacía suponer que iba a pasar lo mismo que a Talleres. Parecía que con solo intentar un poco, el empate caería en cualquier momento. Arsenal pasó todo el segundo tiempo en campo cordobés, poro no le alcanzó. Intentó como pudo, no como quiso y eso se notó a la hora de definir. Afuera Ruiz, adentro Cogliandro que pasa a jugar de tres, y Manrique a la saga central, más tarde entra Morales y Romero. Un equipo super ofensivo, como nunca antes se había dado. Igual nada cambió, sumó gente al ataque y restó ideas. Cuando Arsenal llegaba al área chocaba siempre con la defensa local y, cuando intentaba vulnerarla Luis Islas hacía todo para evitar el empate que hubiera sido lo más justo. Bronca resume todo, lo que sentían los jugadores y lo que sentimos nosotros, los cien hinchas que acompañamos a Arsenal. La gente aplaudió el esfuerzo, a pesar de la derrota. Porque si hay algo que reconocer, es que el equipo intentó en todo momento. El viento y Talleres dejaron sin nada Arsenal, pero la historia es así y habrá que seguir luchando hasta el final. |
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