En apenas cuatro fechas este equipo logró darle tranquilidad a la gente del Viaducto. Desde hace varios torneos Arsenal había perdido su identidad, ya no era ese equipo humilde pero duro que nadie quería enfrentar.

A menos de un mes de comenzado el torneo, ya podemos sentir que esos tiempos están por volver. Se volvió a sumar de a tres, se superó ampliamente al rival de turno y nuevamente se ganó fuera de Sarandí.

El primer tiempo no tuv o muchas situaciones de gol, pero las que existieron fueron todas de Arsenal salvo un remate desde lejos de Independiente. En todas ellas la intervención de Gabbarini fue decisiva para que el arco del Rojo conservara el cero.

La segunda etapa siguió bajó el protagonismo del equipo de Alfaro. Nuevamente a cargo de las situaciones de peligro, esta vez logró concretar una a los 15 tras una gran jugada de Leguizamón que terminó cabeceando Sergio Sena.

Luego del gol Arsenal retrocedió, pero nuevamente pudo golpear a los 32: el recién ingresado Choy González generó una jugada exquisita y terminó marcando el 2-0.

A simple vista parecía un partido liquidado. Arsenal no había sufrido en todo el partido y sólo debía sostener su juego durante el último cuarto de hora. Pero cuando se cumplía el tiempo reglamentario Independiente alcanzó el descuento e hizo que el celeste y rojo terminará sufriendo inmerecidamente los tres minutos que se jugaron de adición.

Afortunadamente la historia se mantuvo. Arsenal consiguió una nueva victoria y continúa perfeccionando su desempeño. A pesar de comenzar el torneo de menor a mayor y con la idea de escaparle al fantasma del descenso, casi sin darse cuenta se metió en la pelea por el torneo.