Arsenal venía sin recibir goles en los últimos cuatro partidos, pero sin embargo el equipo menos goleador del torneo tardó apenas treinta y dos segundos en convertirle. Un error de Ortíz cerca del área permitió que el Lobo pasara al frente en la primera jugada del partido. La tarde empezaba mal para el equipo de Alfaro.

Después del gol, el local siguió manejando la pelota y tuvieron que pasar varios minutos para que Arsenal se encontrará con el balón. Recién en el último cuarto de hora de la etapa inicial comenzaron a entenderse los de celeste y rojo. Fue recién ahí que pudo empatar el partido y manejar los hilos hasta que los equipos se fueran al descanso.

Daba la impresión de que Arsenal había entrado dormido, pero que ya había encontrado el ritmo del partido. Sin embargo, en el primer minuto del complemento Gimnasia volvió a golpear y desde un corner se adelantó nuevamente en el marcador. Esta vez la respuesta iba a llegar más rápido, tres minutos más tarde Leguizamón desbordó por la derecha para meter el balón en el área, que tras un error de Sessa aprovechó Obolo para igualar las cosas. 2-2 y todavía faltaba casi un tiempo por jugarse.

Arsenal sacó a reluir su gran presente en esos cuarenta minutos finales. Tomó el rol de protagonista y dejó en claro que lo único que lo conformaba era llevarse un triunfo hacia Sarandí. Generó varias situaciones de gol, inclusive dos cabezazos en los palos (uno de L. López y otro de Franzoia). Justamente, luego de la segunda situación en el palo cuando corrían cuarenta y dos minutos del complemento, llegó un córner a favor. Leguizamón en la ejecución y el paraguayo Aguilar para ganar en lo alto provocando el festejo de todo el Arse.

Nuevamente un gol en el final del partido y un nuevo triunfo para este equipo que muestra que no se conforma y va por más. Arsenal mereció el triunfo por la levantada que tuvo en el segundo tiempo y por no rendirse hasta el pitazo final. Estudiantes siente que le respiran en la nuca cada vez más cerca y Arsenal promete no perderle pisada.