Muy lejos quedó la noche en que se goleó a Independiente, allá por la cuarta fecha del Clausura. La sucedieron seis partidos donde más allá de algunos ratos, el equipo nunca encontró aquel funcionamiento. Esta noche podría haberse cambiado la historia. Seguramente si algunas de esas claras chances con que contó Arsenal en el primer tiempo terminaban en gol, ahora estaríamos haciendo un análisis totalmente diferente.
Lo que Arsenal no supo hacer en el primer tiempo, Banfield lo concretó en la primera que le quedó en el complemento. En una jugada muy rápida Ferreyra giró dentro del área y no perdonó a Campestrini. A pesar de la media hora que restaba de partido, Arsenal ya no pudo reaccionar en busca del empate. Un empate que tampoco hubiera conformado, pero aunque sea permitía sumar mientras se busca la mejoría.
Este mal momento se refleja en la tabla de posiciones donde Arsenal se ubica en el fondo, pero más alarmante es la del promedio del descenso donde los perseguidores se acercaron demasiado en estas fechas. Esta noche se pudo torcer la historia, pero nuevamente retornamos a Sarandí masticando bronca y deseando salir de este bajón cuanto antes para frenar esta caída.
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