Minutos fatales los del comienzo pero que por suerte quedaron tapados con la gran levantada posterior. Arsenal había empezado tan mal como los partidos anteriores, y Racing se puso en ventaja en la primera que tuvo.

Parecía ser historia repetida, pero a partir de los veinte minutos el partido fue otro. Arsenal era otro. Todavía con muchas imprecisiones, pero con mucha entrega la pelota comenzó a llegarle a los pies de Jara que descontroló a la defensa local.

Fueron varias y tranquilamente se podría haber ido en ventaja al descanso. Jara varias veces y Obolo en otra, convirtieron a De Olivera en la figura del partido.

La segunda mitad empezó con los dos equipos muy atados al libreto. No pasaba nada, pero una buena jugada en conjunto de Racing hizo que Hauche quedará mano a mano frente a Campestrini que no llegó a cubrir el remate. Sin merecerlo, Racing otra vez estaba al frente.

Poco más de diez minutos después Arsenal se había adelantado en busca del empate y lo consiguió con un tiro de Galván desde afuera del área. El empate era más que justo, pero Arsenal aún merecía más que sólo un punto.

El equipo de Burruchaga no bajó los brazos y cosechó sus frutos. El ingreso de Silva aportó la movilidad que le está faltando al mediocampo, y en los últimos cinco minutos Iván Obolo demostró su oportunismo decretó el 4-2 final.

Una muy buena victoria de Arsenal, que reaccionó a tiempo y pudo dejar atrás esos pésimos minutos iniciales. Esperemos que también hayan quedado atrás los dos partidos anteriores y que a partir de esta noche este sea el camino a seguir. Finalmente, la tercera fecha fue la vencida.

Difícil el comienzo de este Clausura 2010. Dos partidos picantes, que dejaron al descubierto los mismos errores que Arsenal evidenció durante todo el año pasado.

Un equipo muy irregular, que su peor sufrimiento es un gol en contra. En estos dos partidos, ante la desventaja bajo los brazos y nunca más volvió a meterse en el rumbo del partido.

En el primer tiempo Vélez fue superior, pero no pudo vencer a Orcellet. Arsenal tuvo alguna respuesta, pero Jara y Obolo no estaban en su noche y nunca pudieron conectarse.

El espectáculo de la primera parte había sido pobre, pero como frente a Estudiantes aún faltaba lo peor. En la segunda mitad Vélez aceleró y facturó. A los quince, con más de media hora de partido por delante, el resultado ya estaba sellado.

Imposible entrarle a un Vélez que gana con tranquilidad, y se defiende con inteligencia. Sobre todo sabiendo que cuando el partido aún estaba abierto Arsenal casi no había arrimado peligro al arco de Montoya.

Aunque la falta de gol sigue siendo una cuestion a resolver, no es menos preocupante la imprecision del medio campo y la distraccion de la linea de fondo; falencias que rivales aceitados en su funcionamiento saben como aprovechar, sin demasiado esfuerzo.

El torneo recién comienza y los rivales eran de los más complicados, pero hay que encontrar cuanto antes las variantes necesarias para que este equipo salga a la cancha con la convicción de que puede ser el protagonista del partido, de comienzo a fin, y no un simple espectador.

Luego de las tantas situaciones que Arsenal desperdició en los pirmeros minutos del encuentro, uno temía que podía llegar a pagarlo así de caro. Fueron muchas, sobre todo frente a un equipo como Estudiantes que si algo sabe hacer es cuidar su propio arco.

Pudo ser de Jara, de Obolo, y hasta de Galván, pero Orión siempre se encargó de ahogar el grito de gol. Cuando la primera parte llegaba a su mitad el local comenzó a aportar su juego y el partido tomó otro rumbo.

Arsenal tuvo que retroceder, Galván y Pérez ya no volvieron a adelantarse por las bandas, y Verón comenzó a participar de todas las pelotas que jugaba Estudiantes.

En los últimos minutos del primer tiempo llegó un desborde de Clemente Rodríguez que terminó empujado por Carrusca. Ahí se terminaron todas las aspiraciones de Arsenal y comenzaron los dolores de cabeza.

El segundo tiempo fue un monólogo del equipo Platense, apenas una jugada de Arsenal que de casualidad llegó a los pies de Obolo y terminó tapando brillantemente el uno local mientras se convertía en figura.

La defensa de Arsenal se vio desbordada muchísimas veces, el mediocampo no llegaba a cubrir, y así Estudiantes comenzaba a construir la goleada. En cinco minutos Boselli estiró la ventaja a tres goles, y pudo ser aún mayor en los veinte minutos que todavía restaban.

El equipo de Burruchaga pasó de hacer un partido muy interesante a uno preocupante. Pago así de caro el no haber aprovechado ninguna de las situaciones gol que tuvo en el comienzo, y así terminó dejando muchas interrogantes de cara a una semana donde lo esperan Vélez (el martes) y Racing (el domingo).