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Bocanada de aire | ||||||
Central y Arsenal llegaban complicados al partido en el Gigante, pero afortunadamente fue el Viaducto el que pudo pisar firme y traerse una victoria muy importante. Las variantes que incluyó Burruchaga dieron resultado y así construyó un triunfo que permite respirar con mayor tranquilidad. |
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Por Nicolás Falanga | ||||||
Una verdadera final. Esa fue la mentalidad con que los once jugadores de Arsenal salieron a disputar el encuentro. Burruchaga y sus dirigidos se jugaban mucho en estos noventa minutos, tras la derrota frente a Chacarita sus hinchas habían agotado su paciencia. El Arse alineó una formación con muchas modificaciones, pero el cambio más radical estuvo en el mediocampo. Yacuzzi y Sena volvieron a sus puestos naturales y mejoraron notoriamente su rendimiento, y en el centro Marcone y Poggi se complementaron muy bien. Central pudo abrir el marcador rápidamente, pero la recuperación fue rápida. Apenas siete minutos después, y con diferencia de cuatro minutos, Yacuzzi fue figura de dos jugadas que dieron vuelta el marcador. Ahora Arsenal marchaba al frente y empezaba a hacer su juego. Con tranquilidad y oficio, supo distribuir la pelota y acabar con las ideas que podía haber planeado Cuffaro Ruso en la semana. Central desesperó y sólo supo lanzar pelotazos. Tuvo algunas jugadas que pudieron terminar en gol antes del descanso, pero esta vez la suerte estuvo del lado de Arsenal. El complemento encontró a Arsenal parado para el contragolpe, y a Central nuevamente sin muchas ideas para quebrar la defensa visitante. A los quince, un perfecto contragolpe terminó definido por Sena y Arsenal comenzaba a aferrarse a esos tres puntos. Tres puntos muy importantes, que aseguraban una semana para trabajar con mayor tranquilidad. Leguizamón casi estira en una nueva contra, pero fue Figueroa el que descontó y le puso suspenso al final del partido. Igualmente terminó en victoria visitante, condición en la que Arsenal se siente cómodo y en donde marcó todos sus goles y sumó todos los puntos que tiene en el torneo. Jugando con la necesidad del rival es donde mejor hace su juego. Cuando tiene que tener la iniciativa y su rival lo espera en su campo, es donde comienzan los problemas. Esperemos que la próxima fecha versus Colón sirva para cambiar esta historia y poder encontrar el camino de la regularidad. Por ahora respira un poco de aire fresco. |
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Perdió el rumbo | ||||||
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Por Leonardo Martin | ||||||
Luego del partido de esta tarde da la sensación de que se perdió el rumbo. El equipo volvió a jugar un partido pobrísimo, sin la mínima respuesta a la adversidad, sin alma y con un desorden táctico evidente. Hoy el Arse fue un equipo sin respuestas, superado ampliamente por un Chacarita sólido, que se llevó los tres puntos a San Martín. El equipo está en un pozo que parece no tener fin. Juega cada vez peor, no genera situaciones de gol, no defiende bien y parece haber perdido el amor propio cuando se enfrenta a la adversidad. Hoy estando en desventaja gran parte del partido, no provocó ni una jugada de gol ni arrimó peligro para que, al menos, Chacarita sintiera algún tipo de preocupación. Sin dudas, se vió la peor versión de Arsenal en la temporada. El partido tuvo oscilaciones y diversos momentos. El encuentro empezó parejo, con ambos equipos disputándose la mitad de cancha. Hasta los 25´se vió lo mejor del Viaducto. No porque haya brillado sino porque fue el único momento donde logró inquietar a Cejas. La tuvo Matellán con un cabezazo y, más tarde Diego Galván desaprovechó con un remate muy tibio una chance clara de gol luego de una enorme jugada de Franco Jara. De allí en más, el Arse fue una sombra. Al "Funebrero" le costó acomodarse en la cancha y encontrar el dominio de la zona central, pero luego del golazo de "Cachete" Morales, a los 30´, fue dueño absoluto del partido. De allí en más pareció ser el único equipo en cancha. Las camisetas tricolores se multiplicaban por el campo de juego, con un buen trabajo en la presión y al momento de asfixiar el juego que podía generar el conjunto de Sarandí. Con el comienzo de la segunda etapa, Burruchaga, buscó formar un equipo más agresivo y con más presencia en el campo rival con los ingresos de Luciano Leguizamón y de Matías Pérez. Pero poco resultado le dió. Cuando apenas comenzaba el complemento, Chacarita volvió a golpear, a aprovechar la oportunidad que se le presentó. Esta vez fue luego de un tiro de esquina donde, otra vez, Diego Morales logró cabecear en al área y marcar el 2-0. En esta ocasión con mala fortuna para Cristian Campestrini al que se le escapó una pelota que parecía sencilla. En la cancha se veía que revertir ese resultado iba a ser una tarea más que complicada. Ese segundo tanto fue el golpe de gracia para un Arsenal desorientado. De allí en más, Chacarita, tuvo un dominio absoluto. Controlando cada sector de la cancha, manejando la pelota, generando peligro e incluso floreándose en los últimos minutos. Del Arse nada de nada. Pérdido en la cancha, sin una línea de juego y sin la garra necesaria para, al menos, preocupar a los dirigidos por Fernando Gamboa. Ingresó Matías Sierra, pero también se perdió en la confusión. Jara siguió aislado, bien marcado por los defensores funebreros, al igual que Mauro Obolo. Ni siquiera pudo tener el intento desesperado de enviar centros al área. Para cerrar definitivamente el partido, a los 37´, Facundo Parra convirtió el lapidario 3-0. Se aprovechó de una defensa de Arsenal mal parada para definir por sobre Campestrini en un mano a mano. A esa altura ya era evidente el éxodo de hinchas, tanto de la tribuna como de la popular, desilusionados por el bajo rendimiento del equipo. Con esta derrota, Arsenal, acumula tres caídas seguidas en condición de local, donde además todavía, no convirtió ningún tanto. En los tres partidos fue superado ampliamente, cayendo sin atenuantes. El panorama está complicadísimo, no sólo por los pocos puntos sumados, sino porque no hay atisbos de buen juego o, al menos, de solidez. El equipo está quebrado tanto en el aspecto futbolístico como en el anímico. Revertir este presente es una tarea muy difícil. Obviamente la esperanza la tenemos y confiamos en que puede cambiar. Por ahora es sólo fe, porque lo que se ve en el campo de juego, está a años luz de esos deseos |
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Nos quedamos con las ganas | ||||||
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Por Leonardo Martin | ||||||
Parecía que en esta ocasión sí se tenía que dar el ansiado triunfo en el Monumental, estaban dadas las condiciones para que eso ocurriera. Enfrente estaba un River muy limitado, a años luz de la historia del equipo millonario. Sumado a ello, el Arse comenzó ganando y luego jugó con un hombre de más casi todo el segundo tiempo por la temprana expulsión de Matías Almeyda. Pero esto no sirvió para llevarse los tres puntos a Sarandí. Otra vez, los dirigidos por Burruchaga, no tuvieron la capacidad de poder romper el cerco defensivo que propuso el equipo local. Faltó el fútbol necesario para doblegar a un River muy pobre.
En líneas generales, el empate fue un resultado justo. Los dos mostraron problemas para generar peligro. River siendo local no pudo hacerse dueño del partido ni imponer su ritmo, pero al Arse le faltó profundidad para inquietar a Vega. Con el hombre de más creció, se adelantó en el campo de juego pero genero muy pocas situaciones de gol. Sin dudas, uno de los déficits en los que va a tener que trabajar a fondo Burruchaga de cara al resto del campeonato. En la primer etapa River buscó hacerse dueño del partido, con Almeyda como eje y el Muñeco Gallardo como generador de peligro. Arsenal, por su lado, salió a esperar, buscando lastimar con alguna contra. El impulso del local duró apenas unos minutos porque futbolísticamente no tenía los argumentos para dominar el partido, que con el correr de los minutos se fue emparejando y haciéndose bastante monótono. El Arse seguía en su postura de esperar unos metros más atrás depositando todas las esperanzas en una corrida de Jara o en algún desborde de Federico Poggi. Así arrimó algunas situaciones de peligro frente a una defensa rival que dejaba huecos.
La apertura del marcador se produjo en forma sorpresiva. Parecía que el primer tiempo se terminaba en un pobre 0-0, hasta que en una escalada ofensiva de Sergio Sena, remató desde media distancia venciendo a un Vega sorprendido. Era el 1-0. Arsenal se iba al descanso con una ventaja en un primer tiempo parejo.
En el complemento, en una combinación de mala suerte y del maleficio que sufre el Viaducto con el Muñeco Gallardo, el conjunto de Núñez llegó, rapidamente, a la igualdad. Apenas a los 6´ el volante, ejecutó un tiro libre con la fortuna de que se desviara en Diego Galván, desacomodando, de este modo, a Cristian Campestrini. Era la igualdad.
Parecía que River se iba a venir con el impulso del empate, pero no fue así. Apenas comenzaba a entusiasmarse, sufrió la justa expulsión de Matías Almeyda. Con el hombre de menos se refugió en su campo apostando a la movilidad y a la velocidad de los ingresados Funes Mori y el Keko Villalba. El resto defendía y en alguna ocasión podía despegar algún volante por sorpresa.
Arsenal se adelantó en el campo, tomó el dominio de la pelota, pero no encontró la fórmula del gol. A medida que se acercaba al campo rival se iba diluyendo por la falta profundidad. Al equipo le faltaba juego para desbordar por las bandas y también decisión para acorralar a un River que jugaba a no perder.
Con el pitazo final de Pompei, ambos equipos se fueron con una sensación amarga. Arsenal desaprovechó la oportunidad de llevarse el primer triunfo en el Monumental y River de sumar en condición de local ante un rival, al que la mayoría de su público, consideraba accesible.
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Derrotados | ||||||
Tercera derrota en cuatro partidos del torneo. De poco sirvió el triunfo frente a Racing, apenas cinco días después se volvió a jugar muy mal y Tigre con muy poco se llevó los tres puntos. |
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Por Nicolás Falanga | ||||||
Tigre se encontró con un gol en su primer avance casi de carambola, y así supo manejar el partido a partir de este hecho. Tal es así, que cuando todavía faltaban casi setenta minutos de juego el equipo de Caruso esperaba agazapado detrás de la mitad de la cancha. Pocos podían confiar que esa actitud podía manetener por mucho más el resultado, era muy dificil que Tigre no sufriera el estar tan retrasado dentro de su campo. Sin embargo el matador no sufrió para nada. Arsenal tuvo la pelota prácticamente todo el partido, de un lado hacia el otro, avanzando y retrocediendo, pero nunca llevándole peligro al arco de Islas. En los noventa minutos de juego no pudo generar con claridad una situación de gol. Tigre no permitía pasar por debajo y obligó a que Arsenal recurriera al pelotazo para tratar de conseguir el empate. Mal camino, ya que los centros son una de las cuentas pendientes que tiene este equipo en lo que va del campeonato. Ya sea desde un córner, de un tiro libre o de una jugada colectiva, casi ninguno logra encontrar como destino a un jugador de Arsenal. Es por eso que Tigre siguió esperando y allí encontró el negocio. En el comienzo del complemento tuvo la oportunidad de estirar la ventaja y decretar el resultado final. Desde los doce pasos, Luna marcó el segundo y el partido siguio como hasta ahora: Arsenal con la pelota pero jugando muy lejos del arco rival. Otra derrota en casa y mucha preocupación para los simpatizantes del Viaducto. Ya pasaron cuatro fechas y el equipo mostró mas malas que buenas. Si bien pudo remontar con valentía el resultado con Racing, hoy demostró que aún resta mucho por hacer para salir definitivamente del camino de las derrotas. |
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