El gol tempranero de Franco Jara parecía facilitar las cosas. Todavía los equipos se acomodaban y Arsenal ya marchaba al frente. Los primeros cuarenta y cinco minutos fueron muy parejos, pero San Lorenzo necesito un poco de fortuna para llegar el empate.

Rivero tomó la pelota con muchísima libertad en campo del Arse, avanzó varios metros y remató al arco, ayudado por un desvío en Matellán llevó el partido a la igualdad. Arsenal había sido apenas más prolijo, por eso el empate se amoldaba bien al partido.

En el comienzo de la segunda mitad, nuevamente un gol en sobre el comienzo puso al Arse arriba en el marcador. Tula ganó muy bien en lo alto y cabeceó un envío desde el córner hacía la red. Ese gol hizo que San Lorenzo saliera en busca del partido.

Los espacios que se evidenciaron en un campo de juego tan grande y con el local tirado al ataque, pronto fueron aprovechados por los de Burruchaga. En pocos minutos generó una ráfaga de situaciones de gol, pero todas fueron desaprovechadas y el resultado siguió abierto.

Simeone comenzó a sumar delanteros y Arsenal, a pesar de atravesar su mejor momento, comenzó a replegarse en su campo cuando todavía restaban 25 minutos por disputarse. En una jugada donde Rivero nuevamente pudo hacer su juego, descargó con Rovira que clavó un zurdazo terrible. Casi en la primera llegada de esta etapa, San Lorenzo empataba el partido.

Arsenal siguió dormido y el ciclón no perdonó. Apostó todo al ataque, con pura insistencia y muy poco fútbol, para finalmente conseguir la victoria. El viaducto lo tuvo en sus manos, pero permitió que San Lorenzo se recuperara.

Se mejoró algunos aspectos, pero se dudó en el momento más crucial. Cuando no había que sacar el pie del acelerador Arsenal apretó el freno, y terminó lamentándolo. Se desaprovechó una muy buena oportunidad para sumar un nuevo triunfo, e incluso para acercarse a la punta del torneo.

El Arse recibía en el Viaducto a uno de los perseguidores en los promedios del descenso. El Lobo llegaba en busca de un triunfo que le permitiera achicar la diferencia con Arsenal y separarse un poco de la promoción.

Por su parte, con un triunfo celeste y rojo  Arsenal podía conseguir una ventaja suficiente como para afrontar con mayor tranquilidad la segunda mitad del Apertura que recién está empezando.

El partido comenzó siendo entretenido. Los dos equipos buscaron el arco rival, y llegaron a generar varias situaciones de gol. El Arse las tuvo en los pies de Matos, pero no supo aprovechar ninguna para abrir el marcador.

Gimnasia mejoró sobre el final del primer tiempo y ahí fue cuando logró acercar peligro al arco de Campestrini. Se fueron al descanso igualados, pero de continuar ese ritmo seguramente habría goles en la segunda parte.

Pero el trámite del partido cayó. En el complemento jugaron muy lejos de las áreas y las imprecisiones tomaron el protagonismo del encuentro. El partido se volvió muy trabado y el empate parecía ser el resultado más acorde.

Sin embargo, de manera sorpresiva, Galván encontró una pelota en el área que, primero ayudado por su mano, y después por la suerte, logró empujar dentro del arco de Sessa.

Un gol muy valioso que permite sumar tres puntos que valen tanto como los que se obtuvieron frente a Central. Con este triunfo, Arsenal consiguió una buena diferencia que ahora debe saber conservar para poder respirar más tranquilo y mantenerse en la Primera División.

Banfield llegaba invicto hasta el viaducto, y en el primer tiempo hizo las cosas como para seguir tranquilo por esa senda. Tuvo varias situaciones de gol clarísimas, además de desperdiciar un penal en los pies de su goleador Silva.

El Arse la sacó barata, se fue al descanso con el arco en cero con la posibilidad de mejorar para el segundo tiempo. El predominio de Banfield para esta etapa ya no fue el mismo, el partido se emparejó y Arsenal jugó un poco mejor.

Con un zapatazo de Marcone desde fuera del área pasó al frente, cuando aún restaba media hora para el pitazo final. Con el gol consiguió la tranquilidad para manejar la pelota, y hacer que Banfield comenzara a desesperarse.

Quince minutos después Banfield encontró justicia por lo hecho en la primera parte, y Fernández encontró la pelota en medio del área y no perdonó a Campestrini. El empate en uno era más justo, pero Arsenal todavía tendría otra oportunidad.

Cuando faltaban menos de cinco minutos, el debutante Jonathan López entró gambeteando al área y le cometieron penal. Con el pelado Álvarez fuera de la cancha, Galván fue el encargado de la ejecución. Remate directo al travesaño, y una oportunidad inmejorable desperdiciada.

El travesaño marcó el rumbo del partido, y quiso que fuera empate. Ninguno de los dos pudo aprovechar el tiro desde el penal, aunque Banfield hizo un poco mejor las cosas. Ahora a pensar en una victoria el próximo fin de semana, donde nuevamente de local recibiremos al Lobo platense, un rival directo en la lucha por no descender.

Una nueva derrota de Arsenal. Es muy raro encontrarse con ocho partidos jugados y la mitad de ellos perdidos. Poco habitual para un equipo como Arsenal, que en las anteriores siete temporadas se acostumbró a recorrer mejores caminos.

Este año, sin demasiado margen de error, continua sin encontrar el rumbo. Burruchaga varía nombres, posiciones y esquemas, pero el buen funcionamiento sigue ausente.

Colón no era una parada fácil y quedó claro desde el comienzo. Apenas corrían los primeros minutos y Colón ya tenía su primera oportunidad de abrir el marcador: a través de los doce pasos. Rivarola terminó desperdiciando la oportunidad, y Arsenal respiró.

Colón no tenía demasiado la pelota, pero era muy profundo con cada uno de sus ataques. Es así que promediando la primera parte paso al frente en el marcador. Yacuzzi agudizó la situación de Arsenal, al hacerse expulsar tontamente.

El comienzo del segundo tiempo condenaba al Viaducto a venirse con las manos vacías. Antes del minuto Colón marcaba el segundo. El descuento de Pérez tres minutos más tarde pareció darle una luz de esperanza, pero fue apenas una ilusión.

Con dos contragolpes Colón liquidó el partido, que podría haber terminado en una goleada mayor. Arsenal se descuidó mucho en el fondo, y lo pagó caro. Tampoco tuvo peso en ofensiva, y el mediocampo no ayudo demasiado al solitario Jara. Las dos fechas consecutivas de local pueden servir para afianzarse en casa, donde hasta ahora consiguió los mejores resultados.