De entrada nomás Racing empezó manejando la pelota y jugando en campo de un Arsenal que esperaba retrasado, estudiando al rival y apostando al contraataque.

Hasta el minuto 24´ poco había pasado, porque el local, pese a generar juego por el sector izquierdo de su ofensiva a través del Piojo López, Fileppi y Morelez (de buen primer tiempo), no tenía la profundidad suficiente para llegar a Orcellet.

Pero llegó el desborde del chiquito Moralez, la barrida sin foul de Gandolfi en busca del balón y la apurada sanción de un penal por parte del juez Juan Pablo Pompei, falta que López transformó en uno a cero.

A partir de allí creció la academia, en tanto que Arsenal se sumió en una intensa confusión. Las situaciones se fueron sucediendo en el arco de la visita y Orcellet por dos veces evitó una nueva caída de la valla.

El mediocampo del arse no rendía y perdía la mayoría de las pelotas divididas, y las pocas veces que lograba llegar cerca del área de Campagnuolo, por medio de centros, estos terminaban en las manos del golero local o fuera de la cancha.

Moralez se tornaba incontrolable para la defensa del viaducto y el encuentro cada vez se complicaba más.

Recién los últimos cinco minutos del período inicial mostraron una pequeña reacción de Arsenal, que de a poco empezó a controlar la pelota en mitad de cancha, sacándole el protagonismo al elenco blanquiceleste.

La mejoría esbozada al final del primer tiempo se vio reflejada en el inicio del segundo, ya con Gómez en la cancha en lugar de Garnier, erigiéndose como conductor del equipo.

Arsenal empezó a mostrar otra actitud, se paró diez metros más adelante en el campo y dejó los centros y los pelotazos de lado para insistir con la redonda contra el piso.

La academia cada vez defendía con más hombres y se repetía en faltas innecesarias en propio campo.

Y así fue que a los 14´ de un corner ejecutado por Llama y peinado por Obolo, apareció solo por el segundo palo Ortiz para decretar con otro cabezazo el justo empate parcial.

Parecía que el envión del segundo tiempo iba a favorecer al Arse pero una rápida combinación del local terminó en certera definición del Piojo López tras buena asistencia de Bergessio a los 20´.

Otra vez a remarla Arsenal, ya con Raymonda adentro para acompañar al Papu Gómez en la creación.

Arsenal no bajó los brazos y con una efectiva combinación de fútbol y garra logró el merecido empate a los 40´ mediante un golazo de tiro libre magistralmente ejecutado por nuestro Piojo: Valdemarín. Dos a dos y Racing con un jugador menos por la expulsión de Romagnoli tras la infracción que le cometió a Gómez en la jugada que derivó en el tiro libre de gol.

Los diez minutos finales (sumando los cinco adicionales) tuvieron al Arse buscado el tercero y al local aferrado al catenaccio con gusto a Mostaza vencida.

Lo tuvo Raymonda tras aprovecha un rebote de Campagnuolo luego de un tiro de Mouche, pero Pompei esta vez acertadamente invalidó el gol por posición fuera de juego del santafesino.

Y llegó el final, que dejó mejor parado al Arse, y con todas las dudas a cuestas a los muchachos del señor de la estatua.

La noche pintaba de lo mejor. Gol de Casteglione con colaboración de Germán Ré tras centro de Llama, y el Arse a los 15' y sin hacer demasiado esfuerzo ya ganaba por la mínima diferencia. Con Raymonda bastante protestón y fastidioso (en parte con razón porque el árbitro Beligoy no le cobraba una sola falta a favor) y con Obolo muy aislado en ofensiva, el local intentaba avanzar por las bandas con Garnier y Llama.

No logró asentarse luego de la apertura del marcador el elenco de Alfaro porque cinco minutos después y tras un gran desborde de Arrieta por izquierda, el paraguayo Cardozo anotó el empate en su primera intervención de la noche.

El encuentro se tornó de ida y vuelta, y Arsenal volvió a tomar ventaja a través de un remate de treinta metros de Ortiz, que se desvió nuevamente en Germán Ré y descolocó a Villar a los 23`.

Parecía que el primer tiempo se encaminaba favorable a los del viaducto, pero a los 38´ un remate de Arrieta que no puede contener Cuenca deriva en pase del mismo volante ex Instituto hacia Mauro Cejas, quien en el borde del área chica define solitariamente ante un arquero vencido y que apenas Beligoy convalidó el gol salió desesperadamente pedir falta de Adrián Lucero. ¿Exabrupto, insulto, apenas una airada protesta?. Beligoy decidió expulsar el golero de Arsenal y a partir de allí y con Orcellet ya en el campo de juego y Raymonda sentado junto a Alfaro el trámite del cotejo se empezó a complicar.

En la segunda etapa, Newell´s no intentó hacer pesar el hombre de más, y por eso Arsenal con un hombre menos se hizo dueño del manejo de la pelota pero sin tener profundidad ni poder inquietar al arquero Justo Villar.

El partido ya no era tan entretenido como en el período inicial, y de un balón perdido por Llama en el mediocampo a los 23´, nació el contragolpe letal de la visita que otra vez Cardozo transformó en gol.

Papu Gómez y Mouche a la cancha, Llama y Garnier afuera, Arsenal siguió manejando la pelota pero sin lograr llegar al área de un Newell´s que se defendió con uñas y dientes. Apenas un situación de Ortiz dentro del área chica sobre el final, que no pudo empujar al gol y nada más, solo intenciones en un equipo que pese a todo no mereció perder, pero que vio echada su suerte en la fatídica jugada de los 38´del primer tiempo.

Segunda derrota consecutiva, habrá que barajar y dar de nuevo, y fundamentalmente acentuar el trabajo en errores defensivos y actitudes que derivaron en la caída.

Párrafo aparte para el árbitro Federico Beligoy que no tuvo empacho en sancionar contra Arsenal un sinfín de faltas inexistentes y por el contrario dejó pasar infracciones del equipo leproso evidentemente existentes.

Se puede decir que River ganó bien porque a lo largo de casi todo el encuentro manejó más y mejor la pelota que Arsenal, que lamentablemente cometió demasiadas imprecisiones a la hora de manejar el balón.

La gran labor de Cuenca y la diferencia de oportunidades frente a los arcos, validan aún más el triunfo del club de Núñez.

Ahora, lo que duele, lastima e indigna es la pésima labor del árbitro Pablo Lunati, que jamás midió las jugadas con la misma vara, y que amonestó a jugadores de Arsenal por faltas mucho menores que algunas que cometieron los futbolistas locales y que no fueron penadas con tarjetas. Eso, sumado a la sanción de foules que nunca existieron a favor de River, terminaron por complicar a un Arsenal que de por sí no estaba en una de sus mejores tardes.

La defensa se mostró dubitativa casi todo el encuentro, especialmente por el sector izquierdo, el mediocampo especialmente la franja central no tuvo en buen nivel a Ortiz y San Martín y solo Llama por la banda izquierda intentaba desequilibrar y acompañar a los muy sacrificados Obolo y Valdemarín.

A los 21`y cuando el partido estaba en su etapa más pareja, una equivocación de Yacuzzi derivó en el gol de Ferrari.

A partir de allí el trámite favoreció siempre al local, salvo el arranque de la segunda etapa, cuando Arsenal con el ingreso del chileno Figueroa, empezó a presionar más cerca de la mitad de la cancha.

El golazo de Llama a los 12´ tras una gran patriada individual nos ilusionó con llegar a la victoria, pero contrariamente a lo esperado, River mantuvo la tranquilidad, se armó de paciencia y mientras resistió un par de contragolpes, aprovechó el excesivo retraso de las líneas del visitante para ir convirtiendo en figura a Cuenca.

Lunati avergonzaba con su patético arbitraje y casi sobre la expiración del encuentro, Belluschi ingresó muy solo por el centro del área para vencer ahora sí la resistencia del super Mario Cuenca.

Se perdió pero con dignidad, el equipo sigue en camino por las copas y por que no por el título, la revancha se viene apenas en cinco días frente a Newell´s en Sarandí y ahí esperamos ver nuevamente al verdadero Arsenal de Sarandí.

Es una constante del Arse en este campeonato. Primeros tiempos de estudio y desgaste del rival, orden, y tranquilidad, mucha tranquilidad y cero desesperación.

De tal forma, los dirigidos por Alfaro encontraron el gol a diez minutos del inicio en un centro de Garnier que se desvió en Broggi y le entregaron la pelota y la responsabilidad los muchachos de Vélez.

Mientras el Arse no encontraba la pelota, la visita se las ingeniaba para tocar bien por abajo y acercarse al arco de Cuenca con juego asociado.

El partido era intenso, pero Arsenal no podía contraatacar y se limitaba a cerrarse en su sector defensivo.

Tanto machacó el fortín que a los 40`empató merecidamente a través de un cabezazo de Uglessich.

El segundo tiempo mostró a un conjunto local con una actitud diametralmente opuesta a la del período inicial. Se jugaban apenas 30 segundos cuando el Piojo Valdemarín, paradójicamente ex Vélez colocó dos a uno a Arsenal con un testazo muy similar al gol del empate de los de Liniers, pero con asistencia perfecta de Ortíz incluida.

Esta vez el Arse no cometió el vicio del primer tiempo de anotar y defenderse. Por el contrario, siguió jugando en mitad de cancha y ese mérito derivó en un par de situaciones clarísimas para ampliar el marcador.

Vélez ya no tenía el juego del primer tiempo, Escudero y Zárate eran maniatados por el impecable Casteglione y el resto de la defensa, y el mediocampo levantó notoriamente su nivel encabezado por San Martín.

Valdemarín y Obolo entraron muchas más veces en contacto con el balón que en la primera etapa y eso complicaba al visitante.

Y a los 34`en una jugada de pizarrón con pelota parada, la defensa de Vélez tiró mal la posición adelantada y Casteglione cerró su brillante tarde colocando el tres a uno definitivo.

Ganó Arsenal, lo hizo con justicia por el muy buen segundo tiempo que realizó y continúa alimentando las ilusiones de la familia celeste y roja en el gran año del Cincuentenario.