Quien iba a imaginarse que el partido entre el Viaducto y el Taladro iba a ser resultar de ida y vuelta con muchas alternativas de gol frente a los arcos. La idea general de “partido luchado y trabado de en el medio”, afortunadamente no se dio.

Desde el comienzo, los dos equipos mostraron, cada uno a su manera, que se puede brindar un buen espectáculo futbolístico con solo proponérselo, atacando o contraatacando según el manual de cada técnico.

Arsenal por ser local encaró el encuentro pensando en el arco rival, y se vio sorprendido a los 24 segundos del juego por una contra letal de la visita que culminó en definición de cabeza de Cvitanich.

El equipo de Alfaro no se bajonéo pese a la pronta desventaja y empezó a exhibir un juego atildado, preciso, lastimando por las bandas a la defensa verdiblanca.

Del medio hacia delante Arsenal tenía variantes y se destacaban las figuras de Llama y Ortiz.

Del medio hacia atrás el local mostraba dudas a la hora de contener a los veloces y movedizos delanteros de Banfield (Cvitanich y Lujambio).

Arsenal encontraba huecos en las líneas defensivas del taladro y sobre los 26´ consiguió el empate en los pies de Llama tras un centro de Raymonda, que apenas conectó Obolo para habilitar hacia el gol al volante goleador del Arse.

No pudo disfrutar del empate el local, porque nueve minutos después Andrizzi aprovechó otra réplica encabezada por Maidana, para poner el 2 a 1 parcial.

El elenco del viaducto siguió sin resignarse, y sobre los 44` Llama de cabeza envió la pelota al fondo del arco tras un centro perfecto de Garnier.

Antes, Luchetti había atajado un gol  cabezazo de San Martín, que impactó la pelota muy solo dentro del área visitante.

El segundo tiempo bajó en intensidad futbolística y se vio a un Banfield un poco más decidido a oponer resistencia más cerca de mitad de cancha que de su propio arco.

El ingreso de Salvatierra en lugar de Barraza fue fundamental para evitar las subidas de Llama por izquierda.

Las situaciones de gol en este período no fueron ni tan claras ni tan numerosas pero destacamos dos tiros sucesivos de Valdemarín que rebotaron en el travesaño con solo 5 segundos de diferencia entre uno y otro.

No se le dio al Arse, pero por actitud y mayor cantidad de situaciones de gol, mereció quedarse con los tres puntos, ante un Banfield que desde que el Arse subió a Primera División, acumula doce encuentros sin poder vencerlo…

Párrafo aparte para el pésimo arbitraje de Federico Belogoy, quien perjudicó notoriamente a Arsenal durante todo el partido, obviando un penal a Raymonda en el segundo tiempo y pitando permanentemente en contra del equipo de Alfaro.

Arsenal "trabajó" el partido del comienzo hasta el final. Empezó jugando con cautela, no más allá de la mitad de la cancha, dejándole asumir el protagonismo al elenco azul y oro, y cerrando todos los caminos hacia Cuenca.

A partir de los 20´ cuando el desgaste y las pocas ideas xeneizes se empezaban a poner en evidencia, el equipo de Alfaro adelantó sus líneas sustentando en San Martín y Ortíz, formó un bloque compacto en una franja de quince metros hacia cada sector del campo desde la mitad de cancha y de esa forma apretó las clavijas y comenzó primero a recuperar y luego a manejar con criterio el balón.

Toques varios hacia atrás, hacia adelante y fundamentalmente hacia los costados, empezaron a desorientar a los dirigidos por Miguel Angel Russo.

La primera etapa, apenas discreta se fue rápidamente con pocas llegadas frente a los arcos y con Arsenal planteando un trámite combinado de presión y manejo de balón.

El segundo período arrancó con más vértigo. Lo tuvo Boca antes del primer minuto en los pies de Cardozo y abrió el marcador Arsenal tras una jugada con pelota parada mediante un disparo de Carlos Casteglione.

A partir de la desventaja Boca dejó espacios en la defensa y Arsenal pudo ampliar en una buena maniobra colectiva que Raymonda definió desviada.

Ya con Palacio y Banega en la cancha el local mejoró la perfomance, y el travesaño del arco de Cuenca le negó el empate a sendos cabezazos de Palermo y Dátolo.

Boca solo mostraba pinceladas de Riquelme y desbordes de Palacio, y en una jugada con estos dos hombres como protagonista llegó el empate gracias a la cabeza del mismo Román.

De ahí y hasta el final Boca intentó pero no pudo y Arsenal aguantó con jerarquía la igualdad.

Buen partido del conjunto del Viaducto, con un juego atildado y apoyado en la prestancia que desde el mediocampo aportaron sus dos volantes centrales.

Punto de oro en cancha difícil y ante un grande, como para seguir alimentando el sueño copero de todo Sarandí.

Nuevamente salió bien parado el Arse de un duro compromiso. El clásico quedó en manos del Viaducto pero el logro costó mucho trabajo y sacrificio.

Quilmes mereció mejor suerte, pero está probado que pese las limitaciones del equipo, los de Fanesi tampoco “ligan” partido tras partido.

El inicio del cotejo mostró al local lanzado al ataque, en tanto que la visita se mostraba ordenada en defensa y apostando a alguna réplica.

De la mano de Batalla, Quilmes manejaba la pelota y Arsenal no podía ni siquiera triunfar en las pelotas divididas. Hasta los `25 minutos el cervecero hizo mejor las cosas y Cuenca evitó en un par de ocasiones la caída del arco de Arsenal.

A partir de allí Arsenal empezó a acomodarse y de a poco adelantó sus líneas y tuvo alguna que otra situación para incomodar al golero Grosso. La primera etapa terminó equilibrada pero Quilmes se fue con una mejor imagen, apoyada en su mayor actitud para buscar el primer desnivel.

En el segundo período, Arsenal salió más despierto y combativo, aguantó un par de embates peligrosos del local y a los 15´ a través de una pelota que Gandolfi roba en propio campo, se originó un contragolpe preciso que terminó con una definición magistral de Santiago Raymonda desde la medialuna y por encima del cuerpo de Grosso. Golazo y golpe terrible al ánimo quilmeño.
A partir de allí, el Arse se serenó y pudo ampliar el score en un par de escapadas.

Quilmes volcó mucha gente a la ofensiva pero sus intentos fueron poco claros y por medio de pelotazos frontales, lo que hizo agrandar aún más la imagen de Mario Cuenca.

Empujó el cervecero sobre el final, pero Arsenal resistió con uñas y dientes y dió otro paso muy grande en su cruzada copera y demostró nuevamente que es un equipo de PRIMERA…

Trece llegadas por bando a lo largo del encuentro para ambos equipos son la muestra más clara de lo emotivo y dinámico del partido jugado en Sarandí.

Dentro de un trámite lleno de imprecisiones y con algunos desacoples defensivos, especialmente en la defensa cordobesa, el partido mostró a un Arsenal buscando atacar aunque desordenadamente, y a un Belgrano, apostando a un esquema prolijo y moviéndose con más comodidad de contraataque.

No había pasado nada, cuando a los ´7 Andrés Ríos acercó al arco con un bombazo de 35 metros que sorprendió a Cuenca.

Arsenal manejaba la pelota pero no lastimaba y Belgrano hacía su negocio, y con poco manejo del balón parecía más punzante y ganaba uno a cero.

A partir de los 15´ despertó el local, los piratas celestes se replegaron en demasía y en un ráfaga de tres minutos que comenzó promediando la etapa, el Arse dió vuelta la historia con anotaciones de Obolo y Ruiz, desnudando las primeras fallas defensivas de la visita.

Con la ventaja a su favor, Arsenal siguió buscando un nuevo desnivel, pero a los 36´ Belgrano llegó al empate a través de un tiro libre magistralmente ejecutado por Matías Oyola.

Otra vez a remarla Arsenal y curiosamente el 3 a 2 llegó en una jugada de contragolpe, que agarró a la visita en posiciones ofensivas, mal parado atrás y con corrida letal de Raymonda pudo estampar la ventaja parcial.

El segundo período empezó si situaciones de riesgo, pero a partir de los 10´ Arsenal pudo ampliar, aunque también empezó a responder el conjunto celeste mediante algunos cambios ofensivos que introdujo su técnico interino Jorge Guyón.

Parecía sin embargo que el triunfo de Arsenal no sufriría riesgos, y fue a los 29´cuando el ingresado Javier Yacuzzi aprovechó una precisa asistencia de Mauro Obolo para poner el 4 a 2 que a esa altura sonaba como definitivo…

Pero Arsenal se retrasó más de lo debido, Belgrano no bajó los brazos y a los 44´ un cabezazo de Franco Pepino estableció el descuento y sumió de incertidumbre al público local que se animó a concurrir al estadio en una jornada lluviosa y en un horario complicado.

Tras puntos más que agigantan el sueño de las copas y levantan aún más el ánimo de cara al clásico del próximo martes en el estadio Centenario de Quilmes.