Hace cuanto que Arsenal venía amagando con un triunfo rutilante como éste. Aquella derrota 3 a 2 con Independiente, el empate en uno con Racing, el dos a dos en la bombonera, y hasta el mismo cero a cero con River en la anterior edición del Apertura.

La victoria de Arsenal, es un claro ejemplo de cómo un equipo chico debe jugarle a un grande, con una receta simple pero efectiva, defenderse con la pelota y atacar, eso simplemente. Por supuesto que no es tan sencillo como parece, también hay que jugar con un margen de error casi mínimo y dejar todo en la cancha, matarse en cada pelota, dejar el alma.

River arrancó con todo, tocado en su orgullo por Quilmes, los primeros minutos no dejó que Arsenal cruzara siquiera la mitad de cancha. La más clara de los millonarios en todo el partido, fue cuando Limia atoró a cavenaghi en una brillante salvada del arquero del celeste y rojo.

Desde aquel momento comenzó el partido para los de Sarandí, el cambio se produjo en el primer ataque a los diez minutos, luego del centro de Santiago Hirsig de derecha a izquierda, “pato” González entró desde atrás y conectó el remate hacia la red. El gol de dio tranquilidad a Arsenal para manejar el partido y aprovecharse del mal momento de River.

Tal fue el dominio que el que generaba las situaciones más claras era Arsenal. Por la banda derecha Cantero y Fernández eran imparables, sumando a Hirsig quién jugó su mejor partido desde que está en Arsenal, eran sin dudas un dolor de cabeza para los defensores visitantes. Entre todos esos pases y paredes creadas por los volantes, surgió el remate de Pablo cantero que de no haber sido rosado por Lux, habría terminado en gol.

Para la segunda etapa, personalmente esperaba un River avasallante y un Arsenal totalmente retrasado aguantando el resultado. Pero no fue así, los del viaducto siguieron buscando el balón y teniendo las jugadas más claras.

Pudo ser empate en una jugada de Cavenaghi que esta vez anticipó él a Limia y Gandolfi, antes de que la pelota se metiera la mandó al corner.

Desde aquel momento la victoria ya parecía ser parte de una hermosa realidad, faltaba muy poco y era increíble ver que la pelota que estaba en los pies de los jugadores de Arsenal, que en lugar de estar River buscando la igualdad, era nuevamente Patricio González quién se perdía el segundo.

Fue victoria al fin, que parecía que no llegaba nunca, que el partido no terminaba más, hasta que Brazenas dijo basta.

Aunque el día después todos hablen de lo mal que jugó River, buscando el por qué y el cómo de la cosa. Estaremos nosotros, para disfrutar entre nosotros esta hazaña. Para mirarnos las caras y solo poder entender los que nos pasa por dentro.

Sin dudas aquel miércoles 1 de octubre quedará para la historia, y será recordado tantas o más veces que el ascenso a primera. Con el tiempo se sabrá que hubo un antes y un después de este partido, por eso creo que éste fue, el día “d” la historia.

Sobre el final del partido quedó claramente demostrado a quién le sirvió el empate. Por un lado estaban las caras de preocupación de los jugadores de Independiente recibiendo silbidos de su gente, y por otro los abrazos de los de Arsenal de cara a su gente conformes con el empate.

Fue un tiempo para cada uno. En los primeros quince minutos eran los visitantes quienes tenían la pelota y creaban el mayor peligro. En una buena jugada de ataque Germán Denis estrellaría la pelota junto a un palo.

Se notó que el equipo de Burruchaga tenía muchas chances de ganar el partido, pero que también jugaba con cierto respeto hacia los de Ruggeri, que se mostraron imprecisos en el primer tiempo.

Ya en el complemento con el aliento de su gente los rojos se animaron un poco más, pero sin claridad en los ataques.

Arsenal se retrazó en el terreno y con el correr de los minutos le costaba mucho llegar al arco de Islas. Lo más destacable en el conjunto de Sarandí fue su solidez defensiva. Quizás lo más flojito fueron las producciones de Hirsig y Almada que no tuvieron una buena noche.

El ingreso de Lionel Ríos le aportó a Independiente en pocos minutos lo que careció en todo el partido, sorpresa. En una jugada apiló a varios hombres de Arsenal y todo concluyó con un remate desviado por Limia y el palo.

Terminó siendo muy poco el partido por todo lo que se había esperado el fútbol.

Con el recuerdo de la noche del tres a dos un año atrás, esta nos dejó con las ganas a los que fuimos a ver un espectáculo prometedor.

Casi sin respiro se acerca River con sus “galácticos” el Miércoles por la tarde – noche, ojalá que sea con suerte.

El tercer gol de Arsenal convertido por Gandolfi le puso justicia a un resultado que hasta ese momento no coincidía con el partido. El equipo de Burruchaga se sintió por primera vez en el torneo como eso, un verdadero equipo, en donde cada uno trataba de aportar su parte para que el resultado sea el esperado. Además contó con la actuación estelar de Germán Denis, el nuevo goleador del torneo Apertura. No solo hizo dos golazos, sino que guapeó, les robó la pelota a los defensores de Newell´s y hasta se dio el lujo de tumbar al devenido “patrón” Bermúdez.

Pero el delantero de Arsenal no estuvo solo, Cristian Gómez aporto los suyo, Cantero jugó como nunca y lo asistió varias veces, Fernández Di Alessio le brindó inteligencia al juego, Esmerado fue un “león” como siempre y Hirsig jugo un buen partido hasta que sintió el desgaste.

Con estos argumentos el conjunto de Sarandi, salió a ahogar a los rosarinos, con una clara actitud ofensiva, a los dos minutos se puso al frente en el marcador luego de una gran definición de Denis.

Sin salir de nuestro asombro por la rapidez en que había llegado el primer tanto, una media vuelta increíble de Denis se le metía bien abajo del arco de Palos que nada pudo hacer.

Desde ese momento el partido cayó en una especie de adaptación al resultado que en tan pocos minutos ya era dos a cero a favor del celeste y rojo. Entonces el visitante leproso se hizo cargo de la necesidad de salir a buscar el empate hacia el arco donde estaban los casi cinco mil enmudecidos hinchas rosarinos.

Fue llegando al final de la primera etapa que Newell´s llegaría al descuento sin impedimento de la defensa de Arsenal, Mauro Rosales pondría el 2-1.

Ya en el segundo tiempo los dirigidos por Héctor Veira se pararon definitivamente en el campo de Arsenal, que ya no corría en función de atorar a Newell´s contra su arco, sino para recuperar la pelota.

Llegando a los veinte minutos, otra vez Mauro Rosales recibe inexplicablemente solo y define ante la pasividad de Molina, Manrique y Limia.

El partido empatado le dio otro vértigo, porque Arsenal se decidió a salir de nuevo a jugar el partido del otro lado de la mitad de cancha. Pero en ese intento, le abrió puertas al visitante que casi lo gana con un cabezazo de Villa, que Limia respondió en forma espectacular a contra pierna.

Lo que parecía una nueva frustración, terminó siendo una fiesta, Gandolfi anticipó con un cabezazo el centro del “Gomito” y 3-2 definitivo.

Arsenal logró una gran victoria ante un serio candidato al titulo. En parte gracias a una gran actuación de Germán Denis y al gran sentido de equipo que tuvieron los dirigidos por Jorge Burruchaga. Sin dudas el de este partido, es el camino.

Es un punto muy importante para el plantel, ya que jugaron en una cancha complicada, y con un rival que venia entonado: su último partido como local lo había ganado 3 a 0 frente a River.

Y el comienzo del encuentro ya marcó un cambio de actitud, Arsenal salió a pararse dentro del campo de Estudiantes. Y tuvo algunas chances, pero nada demasiado claro.

Aunque se notaba que el equipo estaba metido en el juego -siguiendo a todos lados sus marcas y atentos a interceptar cualquier pelota cercana-, no se logró mostrar el nivel que puede llegar a dar.

El que mas intentaba era Fernández Di Alessio -que tuvo su mejor partido desde su llegada al Arse, con caños, pisadas y amagues incluidos-, pero sus acompañantes del mediocampo no estaban demasiado inspirados. Aquí creo que estuvieron las principales falencias del celeste y rojo: Hirsig estuvo plenamente dedicado a la marca, Cantero no hizo pie en todo el partido y Esmerado demasiado impreciso, también con temor a ser expulsado -jugó amonestado desde el comienzo del PT-.

Estudiantes también intentaba, e incomodo al Arse en dos oportunidades que terminaron en la red, pero el árbitro opto por invalidar: la primera -en el PT- por posición adelantada, y la segunda -sobre el final- por empujón del atacante.

Pero si Estudiante no hizo más, fue porque no era su tarde, y sí era la tarde de la defensa de Arsenal. Sobre todo de Manrique, que fue una muralla – para mi, lejos, la figura- y con la ayuda de Molina – no tan vistoso pero si efectivo – rechazando todo lo que caía en el área. Almada acompañó bien los ataques por su lateral, incluso me parece que mejor que Gandolfi por el otro lado.

El que no se vio para nada seguro fue Limia, no pudo encontrarle la vuelta a los centros de Estudiantes, y tuvo varias salidas en falso.

El punto fue justo, ninguno de los dos mereció los tres puntos, pero este empate nos sirve como para sentir que hay esperanza, que pronto esta mala racha terminara. Será que a los hinchas del Arse nos gusta que nuestros jugadores pongan todo en la cancha, aunque no se den los resultados. Y me parece que este plantel, ya lo esta entendiendo