Un nuevo partido perdido, y una crisis que se agudiza con el correr de las fechas. En estos momentos, Arsenal no gana y tampoco merece hacerlo. Si bien frente a los jujeños tuvo el protagonismo, no supo cómo manejar el partido.

Entrente, un equipo con muy pocas aspiraciones a permanecer en Primera, esperaba algún error del rival para poder llevarse algo a casa. Y así fue, una pelota perdida en mitad de cancha derivó en el único gol del partido.

El lobo tuvo las más claras en la primera etapa, pero sin embargo consiguió la ventaja en la única jugada de riesgo que creó en el complemento.

Arsenal sumó hombres en ataque y prácticamente la mitad del equipo terminó jugando en ofensiva, pero nada de esto pudo cambiar el rumbo del partido.

Once son los partidos sin victorias, y cada día duele más porque esta derrota lo ubica en la última posición del torneo. Algo que hasta ahora Arsenal no había vivido en su historia en Primera, y que será muy difícil revertir en las pocas fechas que restan.

Ni los cambios de técnicos, ni los de jugadores, pudieron por ahora levantar el ánimo del plantel. La confianza de las primeras fechas resultará imposible de recuperar, pero la urgencia de sumar puntos indica que deben levantarse cuanto antes para poder engrosar el promedio del año próximo.

Arsenal salió a cortar la sequía de triunfos frente a un Boca con mayoría de suplentes, y de entrada le salió muy bien.

Empezó mejor parado, y rápidamente encontró la ventaja. Leguizamón habilitó con inteligencia a Matos frente al arco, que no dudó en fusilar a Abbondanzieri.

El árbitro se encargó de traer peligro al arco de Arsenal con un penal que sólo él pudo ver; pero Campestrini, la gran figura del equipo, contuvo el remate de Riquelme y mantuvo la ventaja en el marcador.

Mucho no lo pudo mantener, Boca comenzó a manejar la pelota y Arsenal corría tras ella. Así la defensa comenzó a desestructurarse, permitiendo que los huecos quedaran a la vista de todos.

Chávez supo aprovecharlo, y habilitó a Figueroa para que colocara el empate. Con el gol se vino abajo Arsenal. Boca lo acorralaba cada vez más y casi finalizando la primera etapa Chávez marcó el gol que decretaría el resultado final.

Arsenal no había hecho tan mal las cosas, pero la contínua imprecisión en los pases le hizo perder el terreno que había ganado con el gol de Matos y el penal contenido por Campestrini.

El complemento estuvo de sobra. Arsenal quiso, pero muy lejos del área. Sumó muchos hombres en ataque aunque de poco sirvió, porque fue Boca el favorecido por los espacios que empezó a encontrar para la contra.

Con los minutos Campestrini se aseguró su lugar de figura, y las innumerables situaciones de gol contenidas por el uno mantenían con esperanzas a la gente que llegó desde el viaducto.

Finalmente Boca consiguió merecidamente el triunfo, que pudo ser goleada. Arsenal cometió demasiadas imprecisiones con la pelota, y nuevamente perdió un partido que empezó ganando.

El viernes frente al casi descendido lobo Jujeño, será la próxima cita para buscar de una vez por todas el triunfo qeu se viene postergando desde hace más de dos meses y medio.

Arsenal arrancó un nuevo torneo. Un torneo que lucha de manera independiente: tratar de sumar puntos para mejorar la campaña y aliviar un poco el promedio con el que empezaría el torneo que viene.

Siete finales, como las describió Burruchaga minutos después asumir como entrenador. Esta fue la primera, entre dos rivales que acumulaban 8 fechas sin ganar.

Un empate en cero que no está tan mal para el comienzo de un nuevo ciclo, pero no conformó para nada a los platenses que cada día se encuentran más comprometidos con el descenso.

El partido fue cambiante, se repartieron por momentos la tenencia del balón y se luchó más de lo que se intentó jugar. Demasiados pelotazos, y la pelota muy lejos de las áreas.

Tal es así que Arsenal tuvo la única situación de gol cuando ya se moría el partido, con un cabezazo de Matellán tras un córner de Sena.

Fue importante no perder en esta primera final, y más aún mantener el arco en cero como hace muchas fechas no ocurría. En los futbolístico no se vieron mejoras. El nuevo cuerpo técnico recién está conociendo al plantel, y con un par de entrenamientos no podía esperarse un cambio trascendental.

Ahora sí, con un partido a cuestas y una semana completa de trabajo, Burruchaga podrá empezar a corregir errores y realizar los cambios que crea necesarios.

Este proceso recién está comenzando, la idea es ajustar el funcionamiento cuanto antes para poder evitar cuanto antes, que este sea el peor torneo de Arsenal en Primera. Empezar sumando, es un buen camino.

Desde muy temprano Arsenal comenzó sufriendo. En la primera jugada de riesgo del partido, Ramírez estableció la ventaja para los locales. Luego de unos minutos, Arsenal pudo emparejar el partido en la mitad de la cancha, y alejó el peligro de un segundo gol en contra.

A los 13, Darío Espínola volvería a marcar un gol de tiro libre luego de mucho tiempo. De esos que tan acostumbrados nos tenía en el ascenso, haciendo parecer que la tarde tomaba un mejor color. Durante los siguientes minutos era Arsenal el que mantenía el control del partido, estando cerca de pasar al frente en el resultado.

Pero mucho no duraría. Racing volvió a tomar el control del balón y antes de irse al descanso marcaría por intermedio de dos tiro de esquina. 3 a 1, demasiada ventaja para esa primera etapa.

En la segunda mitad Arsenal no supo cambiar el rumbo del partido. Racing manejó muy bien el trámite, sin meterse en su campo. Se paró muy atento para poder liquidarlo de contra, teniendo varias situaciones para hacerlo. Estaba más cerca Racing de aumentar la diferencia, que Arsenal de descontar.

Es así que antes del final del encuentro, un nuevo error defensivo permitió que Castromán convirtiera el cuarto gol del equipo de Caruso Lombardi.

Un resultado exagerado, pero Racing lo justifica por la actitud con que disputó cada pelota. La Academia mas que jugar luchó, mientras que Arsenal padeció. Ni siquiera un tiempo entero le alcanzó para mejorar su imagen, el complemento estuvo demás.

Garnero ya no está al frente y en las próximas horas se decidirá su sucesor. Será consciente de lo mucho que hay que trabajar para poder levantar al equipo en estas siete fechas que restan. Pero a la vez, es el equipo el que debe concientizarse de que para salir adelante deberá multiplicar sus esfuerzos.